EN OURENSE

La hostelería lanza el enésimo SOS: "Esto ya es la puntilla"

Los gimnasios prevén "dolores de cabeza" y el comercio se asusta: "¡Ya llevamos un mes así!"

"Ya estábamos fastidiados y esto es la puntilla". Esto era uno de los lamentos del sector de la hostelería ourensana, que precisamente en la jornada que se conocía que tendrán que cerrar sus locales, y aprovechando el paso de la Vuelta de España por la ciudad, decidieron concentrarse para visibilizar su situación. Cerca de un centenar de profesionales de la hostelería -acompañados por otros profesionales del comercio y autónomos-  lanzó un SOS conjunto en el Puente Romano.

"Ya estábamos fastidiados y ahora muchísimo más", resumió Álex Castro, presidente del colectivo Ahrou, quien lamentó la falta de soluciones y ayudas para el gremio y lamentó la "incertidumbre" actual, que obligará a muchos a echar el cierre. "Estamos aquí para que al menos nos vean, que sepan que no compartimos las decisiones que están tomando los gobiernos", apuntaba otro de los hosteleros participantes en la reivindicación. Los afectados acusan la sensación de "impotencia" tras las sucesivas restricciones impuestas, y recuerdan la máxima: "Nosotros no somos los culpables, hemos hecho todo lo que podíamos por proteger a nuestros clientes".

Ourense 4/11/20
Protesta del sector hostelero en el puente romano aprovechando el paso de la vuelta ciclista

Fotos Martiño Pinal

Desde la Unión de Hosteleros de Ourense, Javier Outomuro señaló que "a situación do peche da hostalería é parecida ao que se está vendo en toda Europa, o cal non sorprende". Pese a ello, reivindica que "hai que axudar ao sector, como si se está facendo tamén en Europa. É necesario para sobrevivir". En cuanto a  la posibilidad de servir a domicilio, cree a que "haberá quen o intente, sobre todo se o dono é cociñeiro e pode ir tirando, pero se precisa de contratar persoal non será fácil".

Desde el restaurante A Zamorana en San Cibrao, cuyos nuevos dueños abrieron hace algo más de un mes, no creen que sea efectiva la medida,  pero prefieren considerarla como una oportunidad para especializarse en la comida para llevar: "Unas horas después de conocer la noticia del cierre, ya habíamos tomado la decisión.Tenemos a una trabajadora contratada y no vamos a dejarla en ERTE". 

Otros sectores, preocupados

Aunque el sector comercial e industrial podrá seguir trabajando, se temen efectos colaterales por el cierre de la hostelería. Emilio González, presidente de la Plaza de Abastos de la ciudad, señala que "si esto sirve para que tengamos Navidad, algo ayudará", pero es crítico. "Éramos los peores, y cuando mejoramos un poco seguimos como el resto. Es frustrante. Parecemos ratas de laboratorio", incide González. Es consciente que para la hostelería es un "palo" y que deben salvarla, pero recuerda que "hay toda una serie de empresas auxiliares, como la Plaza de Abastos, carnicerías, distribuidores... A lo mejor tenía que haber bajadas en los recibos de la Seguridad Social o los autónomos".

Aunque defiende que haya medidas, el líder de los placeros critica que "a la hora de tomar medidas en Vigo le dieron explicaciones al alcalde, pero me pregunto a quién le han dado explicaciones de lo que se está tomando en Ourense. Parece que no se nos está respetando".

Ourense 4/11/20
Protesta del sector hostelero en el puente romano aprovechando el paso de la vuelta ciclista

Fotos Martiño Pinal

Muchos comerciantes sufrirán las consecuencias y están apenados. "Afectará y mucho, todos remamos en lo mismo. Por un lado, se mantiene el confinamiento y la gente no puede venir, y por otro cierra la hostelería y esa gente dejará de gastar", explica Camila Rodríguez, portavoz de la asociación de autónomos AUPA. "Lo peor es que dicen de golpe que será un mes. Ya llevamos casi cuatro semanas confinados y ahora otras cuatro. Vamos a estar dos meses así, se hace duro", añade.  En cuanto a las ayudas, creen que deben llegar, pero subraya que "los gastos de cualquier empresario siempre serán más de lo que ayuden las administraciones". En todo caso, espera que, al menos, "sirva para poder salvar algo la Navidad".

Desde su colectivo de autónomos llevarán al Concello una propuesta para dar ayudas a los alquileres, que los autónomos que trabajen con vehículo no paguen este año impuesto de matriculación y otros incentivos.  

Otro de los gremios atrapados por la incertidumbre es de los gimnasios, en el que cunde el "pesimismo" ante las nuevas restricciones que se avecinan ya que, si bien podrán permanecer abiertos al público, la difícil situación que viven desde la desescalada amenaza con enquistarse todavía más, existiendo preocupación por cómo afrontar los gastos fijos al solo poder usar las zonas fitness y tener que renunciar a clases colectivas. Con todo, se apelaba a la cautela para estudiar el decreto final del Diario Oficial de Galicia: "No tengo ni idea aún, la incertidumbre es total. Estamos a la espera de cómo se organice todo. Lo único claro es que esto nos lleva provocando muchos dolores de cabeza", apunta José Saúl Álvarez, director de BeOne Ourense. 

“Si no me dejan trabajar, ¿qué hago? Tengo dos hijos"

Las restricciones de la vida social comienzan a ahogar a muchas familias hosteleras, que miran con preocupación el devenir de sus negocios. Algunas ya han decidido bajar de forma permanente la persiana, ante la falta de ingresos continuada desde el mes de marzo. Juan, hostelero de O Couto, tuvo que cerrar el local el pasado mes de septiembre, después de las medidas especiales tomadas en el barrio. Entonces pidió la prestación por cese de actividad, pero las cuentas no salen. "Lo que me dan tengo que usarlo en pagar las deudas. Ya he pedido al banco que no me pasen más facturas... Este mes ya no he podido ni pagar el alquiler del piso", explica. 

Ourense 4/11/20
Protesta del sector hostelero en el puente romano aprovechando el paso de la vuelta ciclista

Fotos Martiño Pinal

En su caso, su pareja también trabaja con él en el bar. "Yo estoy en ERTE, pero todavía no he cobrado", asegura ella. La unidad familiar la completan sus dos hijos, que ayer también los acompañaban en la concentración en el Puente Romano. "¿Si no me dejan trabajar, ¿qué hago? ¿cómo nos vamos a mantener? Tienen que comer, nosotros también", apunta Juan. Ambos piden "sentido común" a los gobernantes: "No puede ser que ellos no se rebajen ni un céntimo los sueldos, mientras el pueblo está ahogándose. Lo único que va a conseguir esto es que la gente empiece a robar para tener algo que llevarse a la boca".

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