La huelga del bus urbano pone en jaque la movilidad

Gerencia y sindicatos se emplazan a negociar y el Concello eleva al 52% los servicios mínimos

Ourense afronta desde la medianoche una huelga indefinida en los autobuses urbanos que amenaza la movilidad de cientos de vecinos, y que tendrá unos servicios mínimos del 52,8% para garantizar los desplazamientos básicos. El decreto firmado ayer establece elevados porcentajes al considerarse el transporte colectivo urbano de viajeros como un servicio mínimo obligatorio en los municipios de más de 50.000 habitantes. El gerente de Urbanos de Ourense, José María Díaz, aseguraba  estar dispuesto al diálogo “en todo momento” para acabar con las afecciones a los ciudadanos “lo más rápido posible”, emplazando al comité de empresa a hablar y negociar. El gerente reconocía que los servicios serán “limitados” y que “se va a notar bastante”. La huelga afecta a 125 empleados de la concesión, de los que 96 son conductores mientras el resto son administrativos, inspectores, mecánicos y lavacoches, con servicios mínimos del 50%. 

Desde el comité de empresa, aseguran que “acatan”, pero “non comparten”, como explicó su presidente, Daniel Fernández, estos porcentajes, lamentando que el recurso presentado ante el Concello “non servise para nada”. El viernes tuvieron una nueva reunión con la concesionaria, Avanza, en la que no se consiguió avanzar en las negociaciones, a pesar de que por parte de los trabajadores “incluso se propuxo negociar durante a fin de semana”. Critican que en la huelga general de 2010 los servicios mínimos eran menores, por lo que “estase a vulnerar o noso dereito á folga”. Además, aseguran que para la huelga inicialmente convocada para el 20 de abril -que tuvo que ser pospuesta-e stos servicios mínimos eran del 40%.

REIVINDICACIONES

Entre las demandas, piden  cobrar por una jornada de ocho horas al día, 40 horas a la semana, con horas extras negociadas y también que la empresa asuma el IPC de los tres últimos años. El alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, recordó que empresa y trabajadores son “todos del sector privado” y que espera que “lleguen a un acuerdo pronto”. Eso sí, se ofreció a mediar.

Los usuarios, desprevenidos ante el paro que empieza hoy

Ayer, pocas horas después de anunciarse definitivamente el inicio de la huelga, la tónica general entre los usuarios de autobuses fue el desconocimiento del parón de hoy. Tanto en las paradas como a bordo de los vehículos, muchos pasajeros no pudieron disimular su sorpresa cuando les preguntaron sobre los servicios mínimos del día siguiente. La mayoría de los entrevistados no estaban al tanto de la convocatoria final, y la posibilidad de adaptar sus movimientos a horarios limitados les resultó inesperada.

Manuel González es uno de tantos viajeros que no conocían la inminencia de la huelga, eso sí, de primeras tiene claras sus simpatías: “É normal que se queixen”. Admite que a él no le va a afectar mucho el parón, ya que, en su caso, es joven y solo necesita coger el autobús urbano una vez por semana. 

Por otra parte, los más mayores son los que más dependen de las líneas de transporte, algunos todos los días. María Martínez se presenta como una usuaria habitual, que  solo ayer tuvo que subirse a un bus urbano cuatro veces. “Gasto máis en bus ca en comer”, bromeaba, aduciendo que, aun a 65 céntimos el viaje, los 20 euros que carga en su bono no le duran mucho al ritmo diario que lleva.

“Os usuarios son os máis prexudicados”, opina José María González. Para él, ante los servicios mínimos lo mejor que se puede hacer es hacer el esfuerzo de adaptarse porque “de toda a vida hay que estar a favor dos traballadores”.

Otros, como José Manuel Méndez, prefieren tomárselo con humor sardónico: “Se hai menos autobuses, igual molestan menos aos outros condutores”.

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