El fuego quema casi 20.000 hectáreas en Ourense

Ninguno de los cinco grandes fuegos de Ourense ha apagado sus llamas, si bien tres de ellos están estabilizados.

En la última actualización aportada por la Consellería de Medio Rural destaca el aumento de hectáreas consumidas por el incendio de Pradoalbar (Vilariño de Conso), con ya 5.500 hectáreas afectadas, que está diezmando el Parque Natural de O Invernadoiro. Permanece activo y trabajaron ya en su control 4 técnicos, 44 agentes y 96 brigadas. 

En cuanto al mayor incendio, el de Carballeda de Valdeorras, que amenaza diversos núcleos de población, ya se desactivó la situación 2 por la proximidad del fuego al núcleo de Candeda y con 10.500 hectáreas consumidas por las llamas. 

En lo que respecta a los tres incendios de Oímbra, los tres están ya estabilizados. El más complicado de ellos está siendo el de Rabal, cuya expansión lleva controlada desde las 22,58 horas de ayer pero ya arrasó 2.100 hectáreas, por las 600 y 400 de los de Videferre y San Cibrao, respectivamente.

122.000 hectáreas en toda España

 El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha elevado de 70.000 a 122.000 las hectáreas forestales calcinadas en lo que va de año en España, cifra que aumentará pues continúan activos varios incendios de grandes dimensiones en el país, aunque la práctica totalidad se encuentran estabilizados o controlados.

Además, según palabras del propio Sánchez, aún quedan días y semanas "muy difíciles" debido a las altas temperaturas, por lo que ha pedido por ello a los ciudadanos que extremen la precaución.

Durante una visita al Centro Nacional de Seguimiento y Coordinación de Emergencias (CENEM) junto al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, Sánchez ha subrayado que sólo en las dos últimas olas de calor han ardido más de 80.000 hectáreas.

Ha insistido en que es evidente que el planeta vive una emergencia climática que provoca las olas de calor de las que derivan muchos de los incendios y ha vuelto a pedir elevar las políticas medioambientales a políticas de Estado.

En Lugo, siguen activos el fuego de Folgoso do Courel-A Pobra do Brollón, donde se han juntado cuatro incendios, y el declarado en la parroquia de Seceda, mientras que el resto de siniestros que azotan la provincia se han dado por estabilizados o controlados.

En Tenerife sigue activo el incendio declarado el jueves en el municipio de Los Realejos y que ya ha llegado a los de San Juan de La Rambla y La Guancha, afectando ya a unas 500 hectáreas, aunque la previsión es que mejoren las condiciones, gracias a la baja de las temperaturas y viento más favorable.

Los puntos que más preocupan son el barranco del San Juan, por la dificultad orográfica, y el flanco izquierdo, y en las labores de extinción trabajan diez medios aéreos además de personal de tierra.

En Ávila, mejora la situación en Cebreros, lo que ha permitido la vuelta a casa de unos mil vecinos de El Hoyo de Pinares y se espera una muy favorable evolución que lleva a bajar su peligrosidad del nivel 2 al 1, con un perímetro de 50 kilómetros y 4.500 hectáreas calcinadas de momento.

Entre los incendios que más han preocupado estos días, está el de Ateca (Zaragoza) que permanece estabilizado y perimetrado en 14.000 hectáreas y donde el nivel de emergencia ha bajado a 1, por lo que se ha desmovilizado a la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Los responsables de las labores de extinción confían en poder darlo por controlado a lo largo de la jornada de hoy y para hacer frente a cualquier rebrote, permanecen en la zona cinco cuadrillas terrestres, cinco autobombas y bomberos de la Diputación.

Todo apunta a que el fuego se originó durante las labores de reforestación llevadas a cabo la empresa Land Life, que ha abierto una investigación para esclarecer lo sucedido y depurar responsabilidades.

También ha comenzado a retirarse la UME de Losacio (Zamora), tras bajar su peligrosidad a nivel 2 de riesgo, en una escala ascendente de gravedad de cero a tres.

Según cálculos basados en imágenes satelitales de Copernicus, el incendio, en el que fallecieron dos personas, abarca unas 36.000 hectáreas, aunque la superficie realmente calcinada podría ser inferior, pues puede haber zonas que no se hayan quemado.

En este contexto, son muchas las voces que culpan de la virulencia del fuego al abandono rural y a la dificultad de actuar en zonas con algún tipo de protección ambiental.

Así, los propietarios de las fincas en el Parque Nacional de Cabañeros han denunciado la alta vulnerabilidad de la zona al fuego por "el abandono de la mayor parte de las infraestructuras de defensa y la elevada concentración de combustible vegetal que se acumula".

Esto es consecuencia de los impedimentos que impone la administraciones para ejecutar las actuaciones de prevención que han realizado con anterioridad a la declaración de parque nacional en 1995.

El movimiento La Revuelta de la España Vaciada ha pedido la puesta en marcha modelos de gestión de montes que recuperen el equilibrio agroganadero y forestal en los territorios de la España vaciada.

Para ello, ha brindado su colaboración para implementar "modelos de gestión agroforestales que permitan reducir al mínimo el impacto social, emocional y económico de los incendios forestales".

La Asociación de Amigos de los Decreta ha culpado a las administraciones públicas de dejar morir el campo y tras recordar que muchos de los incendios son intencionados, han advertido de que se ha creado "una industrial del fuego", basada en la extinción, que se nutre de dinero público.

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