La nueva vida de Concordia ha comenzado. La peatonalización de esta calle se convirtió en el principal tema de conversación de los viandantes, mientras los operarios borraban las huellas de semáforos y máquinas del ORA. “Esto es una chorrada que colapsará otras zonas de coches”, era el comentario de Natalia Babarro, parecido al de otros usuarios.
Los comerciantes son los que se muestran más contrariados y recalcan la “falta de información”. “Hay mucha incertidumbre porque no nos han notificado nada, me he enterado de cosas por el periódico”, explica Sandra Meréns, de Pasiños. Además, creen que ellos deberían tener voz en el proyecto y “nadie nos ha preguntado nada”, destaca Anna Mosquera, que regenta Anna.
Los fallos que ven tratan de una peatonalización incompleta: “Pasa como en Santo Domingo, que circulan igualmente muchos coches”, afirma Mosquera. Otros dudan de que vaya a ser una vía para el disfrute de los viandantes: "Es un desastre porque esta calle da acceso a la avenida de Buenos Aires", cuenta Mabel Martínez, de Curra, que califica la situación como una "burla" hacia el sector. El descontento crece y algunos llegan al enfado: "Están matando una calle que no es para pasear y le acabará pasando como a todo lo peatonal", asegura Sara Fernández.
La mayoría de los comerciantes de la zona teme por el futuro que se les presenta: "Esta rúa vai morrer e quedará como outras que fundiron coa peatonalización", comenta José Manuel Álvarez. Pero también hay quien lo ve con optimismo: "A corto plazo es confuso pero puede llegar a ser beneficioso", apunta María Doval, de La Ratita Presumida. Para esta comerciante Ourense es una ciudad "fácil para moverse" y destaca que las calles "más comerciales" son peatonales, en referencia al Paseo y a Santo Domingo.
Vecinos desubicados
Los residentes de la zona no son optimistas en general y critican la falta de información. "Temos un garaxe e non nos dixeron nada, non sabemos como poderemos acceder", explica una propietaria que califica su estado como "aturdida" ante los cambios. Emilia Prol es una de la vecinas que no está de acuerdo con la retirada de plazas de aparcamiento: "Mi hija ya no tenía donde parar y ahora lo tiene mucho peor", cuenta.
Pese a que se permite el acceso a los párkings de la zona, ayer por la mañana éstos notaban menos afluencia. Lo achacaron a la falta de información de los conductores, que prefieren tomar otra dirección. Ana Lovera es una usuaria y afirma que no tuvo "problemas para entrar": "Le dije al policía a dónde iba y me dejó pasar. Yo esto lo veo bien si se hace por razones de sostenibilidad y no políticas", comenta. Carmen González apoya la decisión e incluso recuerda antecedentes: "Cuando peatonalizaron el Paseo fue mucho peor y sigue siendo una calle muy concurrida", destaca, aunque aboga por una mejora del transporte. "El centro es una zona para los peatones, por lo que me parece muy bien que se peatonalice", comenta Sabela Ferreiro, que habla de la necesidad de "reeducar" ante la dependencia del coche.
Antonio Vila vive esta situación en el centro de Ourense con "pena" y considera que los más afectados serán los comercios: "Esto se va a quedar desierto", vaticina. Otro de los puntos que expone es que obligan a los coches a ir a al párking y "pagar mucho más" por aparcar.
