Ourense se ha convertido en los últimos tiempos en el objetivo de las eólicas, que ven en la provincia un negocio lucrativo con bajos costes de mantenimiento y una gran rentabilidad que amortiza las inversiones multimillonarias en apenas unos años.
Lejos de la densidad de parques de Lugo, A Coruña o Pontevedra, los promotores se afanan en obtener en Ourense su porción del lucrativo negocio del viento en Galicia.
Según datos del Registro de Instalaciones de Producción de Energía Eléctrica, en la provincia existen 15 parques eólicos. El conjunto de sus respectivas potencias instaladas supone un total de 447,5 megavatios (MW).
El MW/h se vende en el mercado mayorista de electricidad (el “pool” energético) a un precio común junto a otras fuentes de producción de energía; teniendo en cuenta los reducidos gastos de operación de un parque eólico, el beneficio resultante es suculento para las empresas energéticas.
Durante el año 2022, el precio medio del MW/h en el mercado diario del “pool” llegó a 167,52 euros, cifra con la que se puede estimar que los parques eólicos de Ourense generaron 187,4 millones de euros durante el año que acaba de cerrar.
Los jugosos ingresos procedentes del aire son un importante atractivo para la creación de nuevos parques, un proceso complejo que se puede demorar años en los cajones de la administración pública. Un ejemplo es el de Prada, situado en la Serra do Eixo, a escasa distancia del techo de Galicia, Pena Trevinca. El conjunto de los 24 aerogeneradores que pretende instalar Statkraft, una empresa pública noruega, alcanzaría una potencia instalada de 168 MW.
