Ingresan en prisión los dos acusados en el caso Esmorga

"Por fin se hizo justicia", asegura la madre del joven asesinado en 2014 tras una juerga nocturna

n n n La madre de Alexandru Walter Boghiu, el joven de 22 años asesinado en diciembre de 2014 en el canal del Viñao (Boborás), y su nuera Beatriz estuvieron ayer  cinco horas en el Pazo de Xustiza de Ourense para vivir en primera persona el ingreso en prisión provisional de los dos acusados por este crimen, Eduardo López Fernández (41 años) y Óscar Estévez López (30). Pese a que supieron pasadas las once y media de la mañana que los imputados dormirían ese mismo día en la cárcel, no quisieron perderse el final del capítulo.

 Para ellas era importante presenciar el momento en que la Guardia Civil los introdujo esposados en dos coches rotulados. Ya habían estado encarcelados tras su detención el 24 de diciembre de 2014 pero salieron bajo fianza de 3.000 euros. Primero fue Eduardo, el 14 de marzo de 2016 y algo después, el 23 de junio, le tocó a Óscar.


“Desgraciados"


"¡Desgraciados!". "Asesinos!. ¡Ojalá salgáis con los pies por delante!", les gritó Constanta Paula Boghiu tras una verja de seguridad. Cuatro horas antes, mientras se celebraba la comparecencia solicitada por la acusación particular para instar el encarcelamiento, petición a la que se adhirió la fiscal, había declarado que prefería las distancias largas. "Se me cruzan los cables si los veo". 

Pero la madre de la víctima llevaba mucho tiempo aguardando por la escena que presenció a las dos de la tarde y, por eso, insistió en retener ese recuerdo: el instante en que salieron esposados, con las manos a la espalda, custodiados por agentes, rumbo al centro penitenciario. Aunque ellos optaron por taparse la cara para no ser fotografiados.

 Tanto Eduardo como Óscar fueron condenados el pasado año a 16 años de prisión por el crimen de "A esmorga", pero afrontaron el juicio en libertad y también la respuesta del TSXG al recurso de apelación presentado por sus abogados defensores. Ahora han recurrido al Supremo pero la magistrada ponente del fallo de la Audiencia, Ángeles Lamas, cree que ahora sí hay riesgo de fuga.


Riesgo de fuga


 Alega que la situación familiar y laboral de los inculpados que se tuvo en cuenta en el mes de junio para dejarlos libres sigue siendo la misma pero no así su situación procesal. "Se ha agravado al haberse confirmado en apelación por el TSXG la sentencia de condena de 16 años de prisión por delito de asesinato", destaca.

La jueza cree que no es equiparable la situación procesal a fecha de junio de 2019 -cuando los dejó en libertad pese a la condena de 16 años que ella le impuso en virtud del veredicto del jurado- a la de febrero de 2020. Entonces -añade- "tenían la oportunidad de combatir la condena a través del recurso de apelación y de casación." En estos momentos, "la sentencia del tribunal del jurado pende únicamente de la resolución del recurso de casación por el Supremo". 

La magistrada ahora sí detecta riesgo racional de fuga "dado que ante  una eventual confirmación de la sentencia por los hechos acaecidos hace ya más de cinco años resulta imprevisible e impredecible la reacción de los acusados". Además, en ambos acusados no aprecia  un "cualificado arraigo" por sus circunstancias familiares y laborales. 


Un crimen que está sin sentencia definitiva más de cinco años después


A la familia de la víctima se le hace muy larga la espera. Lleva más de cinco años esperando por el último capítulo de una historia con mucha sed de justicia. El joven rumano murió el 20 de diciembre de 2014 tras una noche de juerga con los dos inculpados y otros conocidos.

Un jurado consideró probado que Alexandru murió ahogado en el canal, a donde lo arrojó Óscar, con la anuencia de Eduardo, muy malherido ya que el inculpado más joven lo había golpeado en el casa de su amigo en Cameixa (Boborás), en donde estuvieron comiendo y bebiendo hasta que surgió una discusión porque la víctima orinó en la cocina. Óscar reconoce que forcejearon en el canal y que el joven cayó accidentalmente al agua. Eduardo niega su participación pero el testimonio de su exmujer lo incrimina.

Esta atribuyó de manera inmediata una muerte, en principio de persona no identificada, a la actuación conjunta de ambos acusados cuando desayunaba en un bar con sus hijos.

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