El interior gallego se rearma para exigir a Ábalos la A-56

Tres años después de aquella serie de reuniones en Chantada y Vilamarín entre representantes políticos y empresariales de Ourense y Lugo para exigir la construcción de la autovía A-56, el interior gallego vuelve a la carga ahora para exigir al ministro de Transportes, José Luis Ábalos, que priorice en su agenda de tareas con la Comunidad una infraestructura fundamental para vertebrar ambas provincias de la que solo están construidos 8,8 kilómetros (San Martiño-A Barrela) tras 12 años de obras, con el resto de tramos ni siquiera licitados. La conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, acudió ayer a la casa consistorial de Vilamarín para mantener una reunión acompañada de los delegados territoriales de Ourense y Lugo, el vicepresidente de la Diputación ourensana, Rosendo Fernández, y los alcaldes y representantes empresariales aglutinados en la plataforma A-56, en la que están en la parte ourensana Vilamarín, Coles, Amoeiro, A Peroxa y Ourense. Vázquez cumplía así con uno de los compromisos que manifestó en su momento el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, el de mantener informada a la plataforma de los movimientos en torno a esta infraestructura, que será una de las cuestiones que le plantee el viernes 9 de abril al ministro de Transportes, José Luis Ábalos, que visitará Galicia para celebrar la segunda parte de la reunión que ambos mantuvieron en Madrid hace unas semanas. "A Xunta demandará avances reais e efectivos nesta autovía, estratéxica e prioritaria para a vertebración de Galicia", destacó Ethel Vázquez. En esta infraestructura cobran especial relevancia los tramos en la provincia ourensana, que están más avanzados en la tramitación y pueden suponer un giro de 180 grados en las comunicaciones del interior de Galicia. En septiembre, el secretario general de Infraestructuras, Sergio Vázquez Torrón, avanzaba en la inauguración del único tramo abierto de la A-56 que el Gobierno central priorizaría el recorrido en el entorno de la ciudad de Ourense, que espera por su circunvalación norte desde hace dos décadas y que facilitaría los intercambios con la A-52. Mientras, en el otro extremo, la Xunta quiere presionar para que se realice el intercambiador de Guntín, necesario para dejar para un uso residual un sinuoso trazado por la carretera convencional marcado por las curvas y facilitar el enlace con la A-54 (Lugo-Santiago) o los desplazamientos hacia el norte de Galicia y Asturias. Fondos y plazos, el objetivo claro del interior de la Comunidad. Portavoz de la plataforma: “La autovía es necesaria" El empresario y portavoz de la plataforma A-56, Lisardo González, agradeció el "gesto" de la Xunta al convocar la reunión en Vilamarín para poner encima de la mesa la autovía entre Ourense y Lugo, con el objetivo de que ese compromiso se traduzca en una presión al ministro de Transportes. "El presidente (Feijóo) se había comprometido en mantenernos informado y es un buen gesto esta reunión", señala González, que no tiene ninguna duda de los beneficios y la rentabilidad que supondría para el interior gallego que la autovía se materializase en el plazo más breve posible. "Es muy necesaria y también muy rentable. Los de la parte ourensana servirían para la A-56, la A-76 y la conexión con O Ribeiro. También son imprescindibles para sacar rendimiento al tramo construido", concluye Lisardo González.