DÍA DE LA MUJER Y LA NIÑA EN LA CIENCIA

Las investigadoras del mañana, en Ourense

Aunque las ciencias han sido masculinas durante siglos, las nuevas generaciones no se guían ya por estereotipos y los cuatro centros que ofertan el Bachillerato de Excelencia en Ciencias de Ourense cuentan con una amplia participación de alumnas

Frente a viejos estereotipos, la cantera de las ciencias cuenta en la provincia con una amplia representación femenina. Las estudiantes de los cuatro Bachilleratos de Excelencia en Ciencias y Tecnología (STEM Bach) tienen claro que los números, los robots o los elementos químicos no tienen género

En el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, reivindican la importancia de la presencia femenina en la investigación y hablan del cambio de mentalidad de su generación. “Sempre nos ensinaron que a ciencia era cousa de homes, que non había mulleres porque non eran suficientemente intelixentes, pero agora temos as mesmas posibilidades de estudar o que queremos e converternos nunha desas mulleres que poden cambiar as cousas”, explica Claudia Sousa, alumna del primer año del STEM en el IES Eduardo Blanco Amor. 

El gusto por las ciencias

Las cifras de los cuatro STEM Bach de la provincia hablan por sí solas: la balanza está equilibrada entre alumnos y alumnas, incluso, en ciertos casos, ellas son más. En el IES Eduardo Blanco Amor, son 16 las estudiantes, frente a 7 chicos. En As Lagoas, las cifras son más equitativas (11-10); en el Otero Pedrayo, tres y tres; y en Maristas, dos y dos. Las alumnas coinciden en que en los centros fomentan el gusto por las ciencias, independientemente del género. “No colexio incúlcannolo a todos por igual, a idea de que é un ámbito só para homes xa non existe”, comenta Carmen Ventura, alumna de Maristas. 

Para muchas estudiantes, la elección del Bachillerato de Excelencia -que implica la realización de un proyecto científico, al margen del bachillerato ordinario- no ha sido casualidad. El interés por la biología, la medicina, la robótica o la tecnología nació ya en la infancia. “A min dende pequena me atrae o mundo da construción, tíñao moi claro. É certo que sempre me dicían que non era algo para mulleres, pero a min deume igual, é o que me gusta”, explica Rebeca Vázquez, estudiante de As Lagoas. Aroa Dios, del Blanco Amor, también siente predilección por las ciencias desde pequeña: “En ningún momento sentí que fuese algo que no me podía gustar o no podía estudiar por el hecho de ser mujer”. 

En el caso de Laura Suárez y Leire Padrón, su gusto por la robótica fue la decisión que motivó su traslado al Otero Pedrayo en el Bachillerato. “Nos gusta desde siempre, sabíamos que aquí había una asignatura y quisimos probar”, cuenta Padrón. De hecho, el proyecto de ambas en el STEM es una mano robótica, que presentan el próximo mes. Su compañera Laura Rodríguez, la tercera alumna STEM del instituto, trabaja en los posibles efectos del aumento de la temperatura del Mediterráneo en la presencia de un alga invasora.

Pocas mujeres referentes en la ciencia

Las alumnas reconocen que todavía hay una notable falta de referentes femeninos en las ciencias, aunque también creen que, cada vez, el profesorado se preocupa más de reivindicar a las investigadoras. “Fálannos delas, temos actividades, tráennos a científicas… todo axuda a concienciarse”, señala Alba Quintas, del Blanco Amor. “É certo que cando abres un libro daste conta de que aparecen moitísimos homes e quizais só unha muller”, apunta Aroa Álvarez, también del Blanco Amor. “Las mujeres han estado ahí siempre, pero se las ha dejado de lado”, opina Lucía Rodríguez, de Maristas. 

Los temarios, las charlas o los libros ayudan a cambiar los estereotipos. “Na casa comprábanme moitos libros de mulleres na ciencia, polo que sempre tiven bastantes modelos a seguir e non tiña na cabeza que era algo de homes”, explica María Saval, del Blanco Amor. El papel de la familia es clave, así como el entorno social. “Eu tiven claro dende nena que era de ciencias, e na casa tamén están máis relacionados con iso. Aquí, no instituto, xuntámonos un grupo de rapazas moi volcadas cos estudos, que facemos grupo entre nós, e iso tamén nos motiva máis”, señala su compañera, Lucía Lamelas. 

Noa Iglesias, de As Lagoas, considera que todavía falta reconocimiento: “Nos premios Nobel, por exemplo, aínda hai moi poucas mulleres. Os homes son os que teñen relevancia na industria, pero creo que coa nosa xeración iso vai cambiar”.

El futuro

Todavía tienen tiempo para decidir qué carrera escogerán, pero muchas de las estudiantes STEM ya lo tienen claro. Los nombres que más se repiten son Ingeniería Informática, Inteligencia Artificial, Bioquímica, Matemáticas o Biología. “Eu quero facer Intelixencia Artificial, é un ámbito no que hai moi poucas mulleres e espero formar parte dese cambio que buscamos”, comenta Amalia González, del Blanco Amor. Aunque el número de universitarias que se decantan por las ciencias aumenta, todavía existen otros obstáculos. “Muchas compañeras de carrera -Química- no escogieron la investigación porque sacrificas mucha parte de tu vida personal, por lo que al final escoges algo que te permita compaginar”, explica Loli Fernández, docente de Física y Química del Blanco Amor.

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