Tribunales en Ourense

Javillo, el capo de la heroína: “Dejé la droga, solo me dedico al berberecho”

Solo tres de los nueve acusados en la operación Reditus admiten que traficaban y dos cerraron un acuerdo con la fiscal

Francisco Javier Janeiro, “Javillo” para unos y el “Sito Miñanco de la heroína” para otros, ha claudicado del negocio de las drogas, según señaló ayer en la primera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Ourense en el marco de la Operación Reditus. En el momento de la detención, el 8 de diciembre de 2021, en un área de servicio de Sanxenxo, había renunciado al “caballo” a favor de otro producto, saludable,  en el que también se utiliza limón, el berberecho. “Desde mi última condena me retiré de la droga”, aseguró el vilanovés.  Pero también, según precisó, lo hizo por razones médicas, en tanto que fue operado del corazón. Sus ingresos venían de “cuatro cosas” que buscó como alternativas: “La compra venta de coches de segunda mano a través de internet y la venta de mallas de dos kilos de berberecho a los restaurantes de Portonovo”. Su exmujer, la también acusada Rosa Rodríguez, aclararía poco después que Javillo compraba beberecho a los furtivos. Una ilegalidad menos castigada.

A preguntas de su letrada, a la única que quiso contestar, entonó el “mea culpa”, aludiendo a tiempos pretéritos. “En la Audiencia Nacional, me declaré culpable, y entregué la droga para colaborar con ellos”.  Precisamente, cuando fue detenido en Sanxenxo llevaba en paradero desconocido cerca de un año ya que debía ingresar en la cárcel para cumplir los ochos años de esa condena.

Y lanzó un dardo contra uno de los inculpados, el colombiano Andrés Fernando Calvo Heredia, otro de los acusados en el procedimiento que se juzga en Ourense y que admitió los hechos. “Llegó a un acuerdo con la Fiscalía y, por eso, me tiene que acusar”. Este era el proveedor de Javillo en Pontevedra, según los investigadores.  Fue detenido con 11 paquetes  de heroína, con 5,4 kilos, escondidos en el airbag del copiloto. Esa sustancia, según la fiscal, después se guardaba en los garajes de la familia Janeiro en O Vinteún y Barra de Miño.

Detención de Javillo en el 2021.
Detención de Javillo en el 2021.

¡Qué me dejen tranquila!

La mujer de Javillo también se desvinculó del narcotráfico, recalcando con énfasis que “no vendía droga sino que la consumía”, en alusión a una toxicomanía por la que recibe tratamiento médico.  Los 3.000 euros que llevaba cuando fue detenida eran -explicó- para que su marido se los entregara la inmobiliaria por la casa que tiene alquilada su madre, una mujer de 85 años, en Arra (Portonovo). “Que me dejen tranquila porque soy drogadicta y estoy intento salir de esto, llevo cinco años en la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) y con un psiquiatra particular”, señaló visiblemente enojada.

El hijo acusado, Miguel Ángel, habló de persecución y salió en defensa de la matriaca en su breve intervención: “Mi madre es drogadicta de toda la vida, por desgracia, y no trafica, sino que solo cuida a mi abuela”.

En este proceso, otro de los inculpados admite la acusación de la fiscal. Livaniel Moreno reconoció que en 2021 se dedicaba al tráfico de hachís. Le fueron incautados 35,4 kilos. No ofreció más explicaciones, salvo que está “muy arrepentido” y es consumidor”. 

José Alfonso García, aunque no admitió el delito al inicio del juicio, aprovechó su turno para recordar que envió una carta manuscrita al juez en la que admitía que iba a hacer una entrega en el instante en que fue detenido, pero exculpó a Javillo. Había quedado con un hombre calvo y con motocicleta”.  El supuesto cabecilla tiene pelo cano y no conduce vehículos de dos ruedas. García se arriesgó a cometer un delito -dijo- “porque tenía una deuda”.

El Ministerio Público también acusa al colombiano Alejandro Mendoza al considerarlo un colaborador de Libaniel en el transporte de hachís desde ciudades como Sevilla o Ponferrada. “Solo somos amigos desde hace más de 10 años”, precisó. Jesús Nine Oubiña sostiene que iba con José Alfonso cuando lo detuvieron pero no sabía que llevaba droga. Por último, Christian Sanginés frecuentaba el garaje de Janeiro en O Vinteún, pero “porque mi amigo Miguel me dejó una plaza para aparcar. aunque también fumaba canutos en ella.

 La fiscal acusa a nueve personas en este caso, reclamando un total de 47 años de cárcel.

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