Presidente de la Academia Mexicana de la Lengua

José Moreno de Alba: ‘El futuro del español es enorme y muchos perciben las ventajas del actual bilingüismo’

El filólogo y académico mexicano, José Moreno de Alba, durante  su reciente visita a Ourense. (Foto: Martiño Pinal)
José Moreno de Alba (Encarnación de Díaz, Jalisco, 1941), presidente de la Academia Mexicana de la Lengua, de descanso en Ourense, es claro: ‘El bilingüismo es una riqueza para un país’. Para el erudito, el idioma español es firme, fuerte y está unido y, a diferencia de otras lenguas, sigue creciendo en el mundo.
Moreno de Alba es doctor en Letras Hispánicas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la que asistió a las clases del lingüista Juan Miguel Lope Blanch y del latinista Rubén Bonifaz Nuño. Este ‘simple filólogo’ -como él se define- recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008 (en el apartado de Lingüística y Literatura). Entre su currículum destaca, además, la Orden Civil de Alfonso X El sabio, otorgada en 1999, y es autor de un centenar de publicaciones. Defiende el precio único de los libros -’democratiza la lectura’- y asegura que la elegancia de una lengua reside en su precisión.

¿Cree que el libro peligra por el empuje de las nuevas tecnologías, como internet o los libros electrónicos (e-books)?

No, no, en absoluto. Lo que ocurre es que desde hace años la industria editorial está inmersa en un proceso de especialización del soporte electrónico; pero de ahí a ver su desaparición, no lo creo. Otro asunto es leer ‘El Quijote’, pongo por caso, en una pantalla electrónica, algo que no creo que le guste a la gente. A mí me gusta el olor a papel, claro.

¿Qué opina del español que se escribe en los medios de comunicación escritos, a ambos lados del Atlántico?

Créame si le digo que noto mucho profesionalismo por parte de los periodistas, si se refiere a eso. Sin duda, ahora existe mucha más preocupación y cuidado, y me parece que se escribe mejor en las páginas de los periódicos. De todos modos, sí es cierto que a menudo veo menos precisión, lo que le resta elegancia. No podemos olvidar que la elegancia de una lengua se centra en su precisión, tanto en el decir como en el escribir.

En cambio, en la crónica oral (me refiero a la radio) los defectos sí son mayores, como en una retransmisión deportiva en directo, en la que existe menos tiempo de reflexión. Aquí puede estar el problema.

Durante la entrega del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008, abogó delante del presidente de su país por fortalecer el español en México. ¿A qué se refería?

Los niños no disfrutan de la lectura si primero no se aprende a leer y a comprender lo que se lee. Mi discurso se centró en eso. Además, aprovechando la presencia del presidente Felipe Calderón destaqué lo saludable de la nueva Ley del Libro que se ha aprobado en mi país; una medida a mi juicio muy saludable al establecer el precio único de los libros, que es una manera de democratizar el acercamiento a la lectura. Ésta es la nuez de la nueva ley, en un país donde escasean las librerías. No podemos olvidar que las grandes superficies ahogan a las pequeñas y esta ley ayuda a distribuir ese acceso. También incidí en trabajar más con la didáctica de la lectura, lo que antes se llamaba la lectura de comprensión.

Las lenguas se convierten a veces en instrumentos de separación y no de comunicación.

¿Existe algún remedio contra este utilitarismo?


En efecto, una lengua debe ser ante todo un mecanismo de comunicación. En el caso de la convivencia de dos o más lenguas dentro de un mismo territorio, lo importante es la postura que tomen los partidarios de este bilingüismo, o lo que es lo mismo, de biculturalismo. Mi postura es la de un técnico, la de un filólogo; pero como estoy viendo los toros desde la barrera -como ustedes dicen- creo que estos ‘babeles’‘ son políticos. Pero en el caso de España, que tiene una riqueza cultural enorme, veo el futuro lingüístico del español con mucho optimismo, y además muchos de los españoles perciben las ventajas del actual bilingüismo.

¿Qué características destacaría del idioma español?


La fortaleza del español es enorme, con un increíble grado de unidad. Ésta es una de sus cualidades fundamentales.

Cuando hablo de unidad me refiero a su fonología y gramática, que son el esqueleto de toda lengua. A diferencia de otros idiomas, como el francés o el inglés, el nuestro no tiene tanta fragmentación entre lo que se lee y escribe. Quizá lo más importante es la penetración del español en el mundo, con más de 400 millones de hablantes en Europa y América, y donde es una lengua oficial en un total de veinte países.

Entonces, ¿cómo puede hacer frente al empuje, por ejemplo del inglés o de lenguas emergentes como el chino o el árabe?

El idioma español es una lengua muy firme, fuerte y unida, como le recordaba antes, y que a diferencia de otras lenguas de su entorno sigue creciendo en todas las partes del mundo.

¿Qué significa eso?


Una lengua se muestra como una especie de ser vivo, y por tanto con un desarrollo también biológico.

Otra cosa son los hablantes latinoamericanos en Estados Unidos. En lo que se refiere al español que se habla en México, al igual que en otros países de habla hispana, tiene unas particularidades propias, que registra de 12 a 14 expresiones dialectales dependiendo de la zona o de otras causas como las climáticas.

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