Tras un mes en un tanatorio, los restos de la joven brasileña de 26 años asesinada y arrojada el río no podrán viajar a su pueblo natal. Pese a que este fue el propósito último de su madre, que recorrió 11.500 kilómetros para llevarse el cadáver, la titular del Juzgado Mixto de Ribadavia denegó la repatriación en aras de la investigación. Ahora, tras una sorprendente vuelta de tuerca del caso, parece que existen dudas sobre la autoría del crimen y sobre la posibilidad de que el asesino confeso no hubiera actuado solo.
María Leindalva Silva de Oliveira regresará sola a Bacabal (Brasil). En ese pueblo norteño, en donde reside, no podrá enterrar a su hija, asesinada a comienzos de febrero de dos tiros y arrojada al río Avia. La titular del Juzgado Mixto de Ribadavia, Concepción Cañas Pedrosa, no autorizó la repatriación de los restos por si en el futuro hubiera que practicar una segunda autopsia.
Así, según le expuso a la madre de la víctima, el forense recomendó la no incineración de los restos alegando que la investigación aún no estaba conclusa. Pese a que hay incorporadas tres declaraciones autoinculpatorias del vecino de Riobóo (Cenlle) Ramón Fernández Álvarez a la instrucción penal (una realizada en sede policial y dos ante el titular del Juzgado de Instrucción 2 de Ourense) la jueza de Ribadavia alegó, según manifestaron fuentes cercanas al caso, que hay dudas sobre la versión dada por el imputado. No sólo se contradijo en numerosas ocasiones: primero que la había matado como un conejo -con un golpe en la nuca- y después, en un registro domiciliario, reconoció que le había disparado en la bodega de su casa. También hay dudas a nivel judicial de que Ramón Fernández fuese la única persona que participó en el crimen. Ahora bien, esta última hipótesis ya se investigó en su día y llegó a un punto muerto, confirmando por parte de la Policía los horarios de la mujer e hijo del homicida confeso.
Por todo ello, el cuerpo de María do Socorro Silva será enterrado en el cementerio de Santa Mariña tras el funeral que se desarrollará en la capilla del tanatorio. Sus restos recibirán sepultura hoy tras un mes (se cumple mañana) depositados en la cámara de la funeraria.
El día estuvo especialmente cargado de emociones para la madre y el colectivo de inmigrantes afincados en Ourense que la están ayudando. De hecho, la jornada matutina se tornó desesperada cuando la jueza de Ribadavia a las nueve de la mañana le comunicó que aún no habían llegado los autos y por lo tanto no podía tomar decisiones. Mientras María Leindalva quedó en Ribadavia por si el legajo pudiera estar en el correo de última hora, tres mujeres inmigrantes acudieron a entrevistarse a Ourense con el titular del juzgado que primero conoció la causa para saber de primera mano los motivos de la tardanza. El juez, personalmente, les confirmó que había remitido el auto de inhibición en favor de Ribadavia el viernes.
Los autos llegaron con el cartero. Y con ellos, las pertenencias de la fallecida, que fueron mostradas a la madre.
Así, según le expuso a la madre de la víctima, el forense recomendó la no incineración de los restos alegando que la investigación aún no estaba conclusa. Pese a que hay incorporadas tres declaraciones autoinculpatorias del vecino de Riobóo (Cenlle) Ramón Fernández Álvarez a la instrucción penal (una realizada en sede policial y dos ante el titular del Juzgado de Instrucción 2 de Ourense) la jueza de Ribadavia alegó, según manifestaron fuentes cercanas al caso, que hay dudas sobre la versión dada por el imputado. No sólo se contradijo en numerosas ocasiones: primero que la había matado como un conejo -con un golpe en la nuca- y después, en un registro domiciliario, reconoció que le había disparado en la bodega de su casa. También hay dudas a nivel judicial de que Ramón Fernández fuese la única persona que participó en el crimen. Ahora bien, esta última hipótesis ya se investigó en su día y llegó a un punto muerto, confirmando por parte de la Policía los horarios de la mujer e hijo del homicida confeso.
Por todo ello, el cuerpo de María do Socorro Silva será enterrado en el cementerio de Santa Mariña tras el funeral que se desarrollará en la capilla del tanatorio. Sus restos recibirán sepultura hoy tras un mes (se cumple mañana) depositados en la cámara de la funeraria.
El día estuvo especialmente cargado de emociones para la madre y el colectivo de inmigrantes afincados en Ourense que la están ayudando. De hecho, la jornada matutina se tornó desesperada cuando la jueza de Ribadavia a las nueve de la mañana le comunicó que aún no habían llegado los autos y por lo tanto no podía tomar decisiones. Mientras María Leindalva quedó en Ribadavia por si el legajo pudiera estar en el correo de última hora, tres mujeres inmigrantes acudieron a entrevistarse a Ourense con el titular del juzgado que primero conoció la causa para saber de primera mano los motivos de la tardanza. El juez, personalmente, les confirmó que había remitido el auto de inhibición en favor de Ribadavia el viernes.
Los autos llegaron con el cartero. Y con ellos, las pertenencias de la fallecida, que fueron mostradas a la madre.
