Ourense

Juzgados desde el balcón

Una vecina transita por la ciudad, vista desde un balcón (JOSÉ PAZ).
photo_camera Una vecina transita por la ciudad, vista desde un balcón (JOSÉ PAZ).
"Si quieren nos ponemos una etiqueta como si fuéramos ganado", "voy con miedo a trabajar"... Son algunas de las respuestas de ourensanos que han tenido que sufrir en sus carnes a los ya conocidos como "justicieros de balcón".

Voy con miedo a trabajar". Es la confesión de Sonia, que cada día tiene que salir a la calle para desarrollar sus tareas laborales y no las tiene todas consigo. "Eu son enfermeira e chegaron a increparme por estas moito tempo esperando o autobús, estaba fóra da parada e chamáronme a atención, viña de traballar con moita presión e ter que aguantar iso non axuda", apunta una residente en la ciudad. Son los que siguen sometidos, día a día, al escrutinio de parte del vecindario. Los que antes saludaban y ahora escudriñan con celo los movimientos de los demás. 

"Agora temos que saír cun cartel que poña 'vou ao traballo?", se pregunta una usuaria del transporte urbano, que se dirige a la zona del hospital de Ourense a trabajar cada mañana

Falta de empatía

 "Hay gente que sigue yendo al médico y a la farmacia, en mi caso tuve que acompañar a mi madre un par de veces al centro de salud, no es fácil sentirse que estás en el punto de mira de alguna gente por ello. Hay que tener un poco más de empatía", sostiene una mujer, Elisa, que asegura "cumplir escrupulosamente el confinamiento, salvo en casos de fuerza mayor, que no puedo ir justificando vecino a vecino". 

"La policía es la que está para hacer su trabajo, la gente que realmente esté cumpliendo las normas no tiene por qué estar  pendiente de lo que hacen los demás", reflexiona otro ourensano, un poco harto de ciertos comentarios: "En ocasiones tengo que alejarme un poco más para ir al supermercado, porque el que tengo al lado de casa tiene cola, no sé por qué hemos llegado al punto de tener que ver gente asomada los balcones siguiéndote con la mirada", prosigue. "Eu traballo todo o día fóra, polo tipo de traballo que teño, e algún tenme dito algo, e eu xa lle digo que a eles non teño por que explicarlles nada", apunta otro, que incluso se ve "frustrado" al ser fiscalizado "incluso polos meus amigos nos grupos do Whatsapp".

Papeleos

Un empresario de la ciudad, que acude de vez en cuando  a recoger material en su local, o documentación que le solicitan sus asesores, señala que "en muchos casos la gente no sabe y dice algo, o simplemente te observa desafiante. Hay gente que tenemos que seguir yendo a nuestros negocios a pasar revista, no podemos dejarlos un mes y medio en abandono, pero hay gente que no lo entiende. Mis propios amigos me fiscalizan".

"Facilitarlle o traballo á policía ten o seu sentido, pero facerse o xusticieiro de balcón, non. Se ves algo ilegal podes poñelo en coñecemento das autoridades, pero berrar desde a ventá ou enfrontarse a alguén non ten sentido", manifiesta un vecino de la ciudad, también indignado con ciertas actitudes . 

Una vecina de A Ponte relata que en su edificio hay una vecina "que cumple los requisitos de justiciera de balcón. El otro día le gritó a dos personas que paseaban por la calle, pero eran mayores".

"A xente dexenera moito", apunta un vecino de Amoeiro, que tiene que desplazarse habitualmente para llevar comida  y útiles varios a un familiar. Alguna ourensana ha sufrido incluso alguna crítica por pasear a un hijo con TEA. "Si quieren nos ponemos un cartelito para marcarnos, como si fuéramos ganado". 

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