La Policía Local acordonó la zona para garantizar la seguridad de los vecinos. El hombre lanzó diversos objetos desde su balcón y finalmente fue detenido por la Policía. Su nombre es Ismael, un supuesto camello, que había sido condenado por un intento de homicidio a un comprador de droga que había querido regatearle el precio. Debía entrar en prisión en dos días.
Ismael P.M. tenía que ingresar en prisión este miércoles. El 23 de marzo de 2021 acuchilló a un turista madrileño con el que había pactado una venta de hachís. El precio inicial por 10 gramos era de 60 euros, pero el camello lo subió a 70 y el comprador no lo vio claro. Le empujó e Ismael respondió clavándole un cuchillo en cuello. Fue detenido por un intento de homicidio y el madrileño entró en coma. Aunque en el juicio explicó que no era droga, sino cenizas empaquetadas, y que el arma blanca era de los turistas, los magistrados no lo vieron claro.
El lunes 10 de este mes, una sentencia de la Audiencia Provincial lo condenó a siete años de prisión, además de a pagar una indemnización de 50.000 euros. A solo dos días de su ingreso, el joven de 26 años perdió los estribos. Los vecinos del número 13 de la calle Doctor Marañón llamaron a la policía ayer por la mañana tras escuchar gritos y golpes en el cuarto piso.
Los agentes se acercaron a mirar y descubrieron al inquilino en un estado de agitación, amenazando con hacerse daño y, de paso, a ellos. Ante la presencia de varias patrullas, comenzó a lanzar enseres varios por la ventana. Macetas, tazas, sillas, mesas… Alrededor del edificio se colocó un cordón policial, que no fue suficiente para frenar a Ismael P.M. Bomberos, una ambulancia y más de diez coches de los cuerpos policiales rodearon la zona en previsión de lo que pudiera pasar.
Algunos agentes se introdujeron en el rellano: “Venga, entra. Entra que te corto la mano”, les dijo el joven portando un hacha. También trataron de hacerlo entrar en razón desde abajo, pero la provocación continuó: “Sube hijo de puta, a ver si te atreves”. Al ver que se formaba un público a su alrededor, buscó objetos de mayor tamaño. Primero fue una bombona de butano vacía, que impactó contra uno de los coches aparcados. Después otra, a medio gas. Ninguna explotó, pero la preocupación aumentó. Buscó más tazas y otros objetos y apuntó más allá del control policial.
También sacó varios cuchillos de cocina. Con uno se autolesionó, haciéndose cortes superficiales en el antebrazo, y otro lo lanzó. Una hora más tarde y tras varios intentos de sacarlo de allí, llegó el tío de Ismael P.M. para mediar, pero tampoco dio resultado. Entonces, un grupo de quince agentes trató de paralizarlo, esta vez en la planta baja del edificio. Él los insultaba y amenazaba con utilizar el cuchillo. Cuando se cortó de nuevo, entraron de golpe. El personal de la ambulancia accedió con ellos y procedieron a sedarlo. Así, en camilla y boca abajo lo trasladaron -escoltado- al CHUO.
La entrada en prisión se hará de todas formas, con la variación de que ahora se enfrenta a un nuevo delito. Este lunes, fue atendido en el hospital, donde estuvo en todo momento custodiado por dos agentes de la Policía Nacional.
