Leonardo Lemos: “El papa Francisco sabe de Ourense, lo identifica rápido con As Burgas"

El papa Francisco saluda a Leonardo Lemos.
photo_camera El papa Francisco saluda a Leonardo Lemos.
El obispo de Ourense finaliza este domingo su viaje a Roma. Participa junto a otros 23 prelados españoles en la "“Visita ad limina”

El obispo de Ourense, Leonardo Lemos, remata hoy su viaje a Roma, donde ha participado junto a otros 23 prelados españoles en la “Visita ad limina”. Esta se realiza cada cinco años con el objetivo de venerar los sepulcros de los santos apóstoles Pedro y Pablo. La visita también sirvió para que tuvieran una recepción con el papa Francisco, de la que Lemos salió muy satisfecho por la cercanía que transmite el sumo pontífice.

¿Cómo es el papa en la distancias corta? 

Es un hombre realmente extraordinario, súper amable, generó inmediatamente una sensación de empatía y cordialidad, no es de esas personas que mantienen la distancia y con las que te cuesta trabajo abrir el corazón. El papa Francisco es totalmente distinto, es un hombre cordial y abierto. Tiene una visión amplia, no solamente de la Iglesia sino del mundo, y conoce muy bien la situación sociopolítica de España. Me quedé alucinado por cómo un hombre de 85 años puede mostrar una vitalidad tan extraordinaria y una magnífica retención intelectual.

¿De qué hablaron?

En el encuentro nos recibió a varios, antes recibía a cada uno unos pocos minutos y era casi un flash en el que no tenías tiempo a casi nada. Cada uno expone lo que le preocupa, cada uno nos presentamos, decimos nuestro nombre y hablamos de nuestras diócesis. Hay algunas cosas que por discreción y respeto no se pueden contar, sobre todo en el terreno sociopolítico, por delicadeza no puedo hablar.

¿Hablaron de la posible visita a Santiago el próximo año?

Eso estuvo en el candelero. El santo padre en ese aspecto es muy gallego, porque a la pregunta te responde: ‘bueno, me invitan a tantos sitios, pero yo no puedo  acudir a todos los lugares’. Despachó inmediatamente el tema, no quiso comprometerse, pero a mí me da la sensación, por lo que se respira en el ámbito de la curia, que de lo improbable que era antes una visita del papa, ahora entra dentro de lo probable. Este papa es desconcertante en cuanto a su forma de actuar porque, por ejemplo, el papa Benedicto XVI, incluso Juan Pablo II, cuando decidían un viaje lo programaban con seis meses de antelación, a veces incluso un año. Pero con el papa Francisco eso no es así, en un mes puede organizar un viaje, o como máximo en tres meses. Yo creo que entra dentro de la probabilidad, ha pasado de ser un posible a ser un probable.

¿Y de política?

Más que el tema político se tocó la situación sociopolítica de nuestra España y nuestra Galicia. He comprobado una cosa, que está muy bien informado, y tenemos una certeza ratificada de que podemos meter la pata, podemos cometer algún error, realizar alguna tarea de gobierno pastoral en la que nos podemos equivocar, pero de una cosa estoy seguro: hagamos lo que hagamos tenemos el apoyo del papa.

A este papa lo critica una parte de la derecha política española, incluso le han llamado comunista, ¿es un papa politizado?

No, el que conoce al papa Francisco, y yo he tenido en mis años de obispo la suerte de encontrarme con él en varias ocasiones, ve en él a “un abuelo”, en el sentido de un abuelo cercano, cariñoso, que te da consejos, que te abre un corazón lleno de ternura y te da confianza como para hacer una confesión general de toda tu historia. El que vea en él a un político, y sobre todo a un político de izquierdas, es que no ha entendido al papa Francisco. Él tiene que practicar un poco la cortesía, la delicadeza, hay gente que insiste en pedir audiencias, entonces no puede rechazar esas peticiones vengan de quien vengan. Lo mismo recibe al presidente de Estados Unidos que a la vicepresidenta del Gobierno español o al presidente. Incluso me ha contado alguno de los miembros de la curia vaticana que han recibido a alguna persona de partidos de derechas. Eso quiere decir que recibe a todo el mundo.

¿Conocía algo de Ourense?

Es curioso que él tiene un conocimiento de Ourense muy de su tierra, Argentina, porque inmediatamente él lo identifica con As Burgas y comienza a hacer un poco de chiste. Él nunca estuvo en Ourense, lo que conoce es por el tiempo que estuvo de obispo en Buenos Aires, a través de los gallegos que se afincaron en Argentina y de Ourense hay una buena representación allí.

Este papa rompió con la imagen y discurso de sus predecesores, ¿necesitaba la Iglesia un cambio?

Lo que define al papa Francisco es que ha acercado de manera especial la consigna de que el evangelio hay que abrirlo a todos. El evangelio es Cristo vivo, entonces hay que acercar a Jesús a todos y lo que hay que hacer es hablar el lenguaje de la gente, porque muchas veces hablamos, pero no nos entienden. Tenemos que remar todos, a los obispos nos decía: “Tenéis que convencer a los sacerdotes de que ya no se puede trabajar aislados, que hay que trabajar en comunión, unidos”.

¿Cuál es su mensaje para Navidad?

Son fechas un poco complejas y llenas de temor para todos, porque estamos todavía con el covid y no damos salido de él. Yo desearía a todos unas fiestas llenas de paz, gozando de la presencia de la familia, incluso aunque sea en la ausencia, porque algunos no nos podremos reunir con todos los miembros de la familia. Yo estoy este año preparando la Navidad con una cierta nostalgia, porque hace unos meses falleció mi padre, entonces eso le da un tono vital a nuestra reunión familiar. Desearía a todos los ourensanos una santa y feliz Navidad,  porque son las fiestas en las cuales se humaniza la fe.

¿La pandemia provocó cambios en la Iglesia?

La pandemia está haciendo variar bastantes cosas en la Iglesia, algunas porque tenían que desaparecer, que no tenían mucho sentido. Esta situación nos lleva a plantear ciertas formas de actuar que antes no imaginábamos. 

¿Qué sensación le deja el viaje?

Es complejo porque llegas agotado a casa. Comenzamos todos los días con la celebración de la Eucaristía a las 7.3o horas de la mañana en cada una de las basílicas de Roma. Para ir a las 7.30 de la mañana tienes que levantarte a las 6.00 todos los días. En Roma, las distancias son serias, el tráfico es complejo, y eso te cansa un poco, porque cuando llegas a las 5.00 de la tarde es de noche. Después de la Eucaristía te da tiempo a tomarte un café y ya comienzas con las reuniones de cada día.

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