De poesía y leyenda. El cementerio de San Francisco guarda vida entre sus muros. Los Suaves le dedicaron uno de sus álbumes, 'San Francisco Express', y fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2000.
Actualmente pertenece a la Ruta Europea de Cementerios Singulares, y pasear entre sus tumbas es una auténtica travesía por la cultura y la historia. Los personajes enterrados en este camposanto iluminan lo tétrico del lugar, situado en la parte alta de la ciudad.
Ben-Cho-Shey (1896-1988)
Enviaba sus crónicas desde Ma- rruecos al diario ourensano 'La Zarpa'. El humorista y escritor Xosé Ramón Fernández-Oxea, más conocido como Ben-Cho-Shey, descansa en el cementerio de San Francisco. Hizo la mayor recolecta sobre el barallete, el argot de los afiadores, y su epitafio, es, simplemente, arte. " Quedan suprimidas tódalas homenaxes postmortem porque as cousas ou se fan ao seu tempo ou non se fan", dice.
Otero Pedrayo (1888-1976)
El patriarca de las letras gallegas y una de las figuras más importantes de nuestra literatura en el siglo XX. Ramón Otero Pedrayo nació en la rúa da Paz en 1888, antes llamada la de los Zapateiros.
Allí también vivía Vicente Risco y otros intelectuales que pasearon su sabiduría por las calles de la ciudad. La tumba del escritor es una de las más llamativas en este camposanto.
Xocas (1907-1989)
El aprendiz también descansa en San Francisco. Xaquín Lorenzo Fernández, más conocido como Xocas, empezó parte de sus estudios en la ciudad, siendo Otero Pedrayo su maestro. A los dieciséis años creó la miniatura de un carro de vacas, que Cuevillas alabó y animó a continuar con las investigaciones. Al final creó el mejor estudio sobre el carro gallego. Entre lo rural y lo urbano vivió el escritor gallego, que murió en su casa de Lobeira en julio de 1989. Los restos de Xocas fueron trasladados al camposanto ourensano. En el testamento dejó su legado intelectual al Museo do Pobo Galego.
Blanco Amor (1897-1979)
Nos dejó 'A Esmorga' y su ruta por Auria, y ahora él es protagonista de una ruta de necrópolis reconocida en Europa. El escritor Eduardo Blanco Amor también estuvo en el ambiente literario de la ciudad, y falleció en Vigo el 1 de diciembre de 1979, por lo que sus restos fueron a parar a la tierra que lo vio nacer.
Pobre Asunción (-1891)
Fue la primera víctima documentada de violencia de género en la ciudad. En 1891, Asunción González era asesinada en plena Praza Maior. Una crónica de sucesos de la época relata la historia de celos y violencia que acabó con Juan González, de la parroquia de Reza, detonando un arma de fuego y Asunción falleciendo horas después. La tumba es la primera al entrar al cementerio, y su epitafio exclama: "¡¡Pobre Asunción!! Viernes Santo del 91."
