La residencia Nuestra Señora de la Esperanza de la Fundación San Rosendo toma aliento tras conocer el alta de los últimos seis residentes con coronavirus del centro. Desde el inicio de la crisis santiaria, el centro contabilizó 125 contagiados entre sus usuarios, lo que supuso una intensa batalla, además de preocupación, para los trabajadores. "Ha sido durísimo, y aunque ahora estamos muy contentos de librarnos del virus, no nos olvidamos de los 25 residentes que han fallecido. Esta era su casa y nosotros como su familia, lo sientes mucho más que en un centro hospitalario en donde te ingresan, aquí los conocemos a ellos, a sus familias... esa espinita nos queda dentro", explica Aránzazu Crespo Díaz, directora de la residencia de mayores. El centro homenajeó a las víctimas del covid el pasado martes, con un minuto de silencio y un crespón negro. "No nos olvidamos de ellos, fue un golpe muy grande", asegura.
Tres usuarios permanecen en el CHUO recuperándose de la enfermedad, mientras 98 residentes ya respiran tranquilos tras superar la batalla. "Por ahora se mantiene el modo de trabajar por plantas, en la planta uno es donde están los mayores que no se contagiaron, y en el resto los demás, que ya superaron el virus", apunta Crespo. Los trabajadores continuarán usando los Equipos de Protección Indivudal (EPI) durante varios días, por prevención. "Para nosotros este es el principio de la nueva normalidad, pero bueno, no volverá a ser lo mismo, aquello de ir todos al comedor y todos a los salones no va a volver por ahora", reconoce la directora.
Aunque a partir del próximo lunes, si la provincia inicia la fase 2, algunas residencias comenzarán a permitir visitas de familiares, no así A Nosa Señora da Esperanza, ya que deben transcurrir 15 días sin contagios para comenzar la desescalada. "Todavía nos queda tiempo, y aún tenemos a 13 trabajadores en sus domicilios superando la enfermedad. Las bajas a veces se alargan un poco más también, para que la recuperación sea total. Ellos también lo han pasado muy mal", señala Crespo. El centro, que llegó a ser la residencia de mayores con mayor número de contagiados en toda Galicia, comienza ahora una nueva etapa, en la que la cautela será clave: "No nos vamos a olvidar de lo que hemos pasado durante estos meses".
