ALERTA SANITARIA

La desescalada en centros de mayores, “con mucha cautela"

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photo_camera Usuarios del Centro Residencial Tercera Edad Esgos, en un momento del paseo en el jardín (ayer).
Los geriátricos se preparan para el alivio parcial del confinamiento, que podría arrancar el lunes 25

La desescalada llegará a numerosos centros de mayores de la provincia a partir de la próxima semana. El Gobierno central ha adelantado que se podrán realizar visitas en la fase 2, en la que Ourense arrancará el lunes 25, si la evolución de la epidemia continúa favorable. Los centros todavía esperan la confirmación oficial –el pasado viernes, la Xunta avanzó que las residencias podrían abrir esta semana, una medida que luego tumbó el Ejecutivo–, pero se preparan para adecuar las instalaciones al siguiente paso.

No todos los geriátricos podrán iniciar la desescalada por ahora, y las visitas serán de una persona por usuario, un día por semana. "Solo se alivia el confinamiento en aquellos centros en los que no haya ningún positivo en covid y que no lo hayan tenido durante las últimas dos semanas", apuntan desde la Fundación San Rosendo. Aquellos centros que aún se están sometiendo al cribado del Sergas tampoco podrán iniciar el proceso hasta conocer el resultado de las pruebas diagnósticas.

Cierta preocupación

Pero la desescalada levanta cierta preocupación entre los centros, que piden "colaboración" y extremar la precaución, al igual que las familias. "Yo soy partidiaria de que sea un proceso paulatino y con cautela. Durante este tiempo nos hemos apañado, la última vez que vi a mi madre fue el 6 de marzo, y desde ahí, por teléfono. Ella está tranquila y en su residencia no hubo ningún positivo, ni entre usuarios ni entre trabajadores", explica una vecina de la ciudad. 

Desde las residencias llaman a la colaboración de los familiares, una vez se inicie el proceso de desescalada, e inciden en que el contagio de una persona afecta a toda la comunidad del mismo centro. "No hemos pasado dos meses y medio temblando para ahora tirarlo por la borda. Abriremos cuando estemos seguras de que hay seguridad", explica Coral Conde, trabajadora social del Centro Residencial Tercera Edad Esgos. Desde la residencia hablaron con usuarios y familiares para conocer su opinión sobre el futuro inmediato: "Ellos también piden cautela, porque son conscientes de la situación. Aquí hemos trabajado mucho y el miedo no se va, lo hemos pasado muy mal". Por ahora, los mayores que tienen que salir para acudir a una consulta médica se mantienen en cuarentena a la vuelta, durante dos semanas. "Y para realizar ingreso de nuevos residentes necesitamos autorización sanitaria y PCR negativa. Así que lo de las visitas tendrá que ser con mucha cautela y prevención", apunta Conde. 

El punto de vista es similar desde la residencia O lecer dos avoíños de Coles, donde resaltan la complejidad de realizar visitas seguras en según qué casos. "Hai situacións complexas, con certos maiores non é sinxelo que manteñan as medidas de prevención, son máis de dous meses sen ver aos familiares, como lle dis ti que non se acerque... Algún familiar xa nos avisou de que quizais prefira vir na fase na que poida abrazar ao residente", explica Ana Torres, administradora del centro. "Temos medo de ver como os usuarios aceptan a nova normalidade, o uso de mascariñas...", añade. 

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El protocolo propuesto por la Xunta para las visitas estipula una duración de 45 minutos durante la semana o 30 minutos el fin de semana, bajo condiciones de prevención de parámetros y obligado uso de mascarilla. En la Fundación San Rosendo ya se trabaja en adaptar una sala en cada centro para los encuentros, en donde colocan hidrogel e incluso mamparas para mantener la distancia de seguridad. Se procura escoger una habitación que permita el menor tránsito posible de la visita por los pasillos, para evitar encuentros con el resto de usuarios o trabajadores. 

Cierta “normalidad": paseos en el jardín y merienda fuera

Los residentes no contagiados mantienen cierta "normalidad". El buen tiempo permite paseos en el recinto de los centros, así como meriendas en los jardines. "Seguimos facendo as actividades que non permiten manter a distancia de seguridade entre  a xente, sempre en pequenos grupos", apunta Ana Torres. Además, siguen hablando con familiares por teléfono o videollamada.

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