Hasta ocho señales advierten del deterioro del firme entre A Gudiña y Cualedro, mientras la maleza llega al arcén en la comarca de A Limia

El mal estado de la A-52 en Monterrei dificulta el tráfico en 28 kilómetros

El firme acumula múltiples baches en el tramo de As Estivadas-Verín.
Socavones y baches incontables, especialmente en el carril derecho; restos de tramos parcheados que se han vuelto irregulares y suponen un peligro para la circulación; y grietas transversales en el pavimento, que obligan a limitar la velocidad para evitar daños a los vehículos y a sus propios ocupantes.
Es el estado general del firme de la autovía de las Rías Baixas (A-52), que se deteriora a pasos agigantados entre A Gudiña y la ciudad de As Burgas, especialmente en un tramo de 28 kilómetros en la comarca de Monterrei. A la situación hay que añadirle la maleza que crece en la mediana, en este caso en la comarca de A Limia, donde ya se apodera de parte del arcén.
Los socavones, que en algunos casos son auténticos 'agujeros', son tantos que ya obligaron a las empresas encargadas de su conservación a instalar señales de peligro para que los conductores circulen con precaución si no quieren perder una rueda del coche o sufrir un accidente. Sólo en el mencionado tramo de 28 kilómetros hay instaladas ocho señales de precaución y advertencia de irregularidades en la calzada, alguna de ellas desde hace año y medio, caso de la que aparece en las inmediaciones del viaducto de Vilaza. 'El firme está en muy mal estado. Es una vía con mucha circulación y deberían ser pavimentada con periodicidad', apuntó el alcalde de Monterrei, José Luis Suárez Conde.
Es que dentro de este municipio, la vía de alta capacidad presenta, a la altura del monte Ladairo en sentido Vigo, un tramo de unos 400 metros con numerosas grietas, que se formaron por un proceso de descomposición del terreno. De hecho, fuentes de la Guardia Civil de Tráfico ya alertaron de la situación a través de un informe al Ministerio de Fomento al considerar que las grietas pueden provocar un accidente.
Circulando en dirección Madrid a la altura de Fumaces, una señal advierte de otro gran socavón, que se formó hace ahora un año al brotar un manantial en uno de los carriles, que se llevó por delante parte del firme. El resto de señales de peligro están en As Vendas da Barreira (dos), en el viaducto sobre el río Mente, en Riós; en Mesón de Erosa -en este caso por desprendimientos- y en A Gudiña.

Tráfico denso
La vía de alta capacidad fue puesta en servicio en esta zona en diciembre de 1998, hace 14 años, aunque no quedó abierta en su totalidad hasta mediados de 1999. Desde entonces, sólo fue pavimentada puntualmente, salvo en el trazado de Ourense a Porriño, que sí fue objeto de una reparación integral con una partida de 7,9 millones de euros, y otros 25 kilómetros entre A Gudiña y el límite con Zamora, en este caso para probar un aglomerado que no emitía gases contaminantes.
La vía soporta una intensidad circulatoria de unos 80.000 vehículos diarios, de los que 10.000 son camiones. En el Ministerio de Fomento aseguraban el pasado jueves que no está prevista de momento ninguna pavimentación en el firme entre A Gudiña y la ciudad, alegando que en la actualidad se ya se están llevando a cabo obras para mejorar la seguridad de los conductores. Pero los trabajos se limitan a instalar una doble valla 'quitamiedos' en todos los viaductos, puentes y terraplenes. También fueron instaladas 10 cámaras de seguridad.

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