La maleza descontrolada en las fincas del paseo fluvial que discurre entre la calle Ervedelo y la avenida de Portugal comienza a ser un problema para los vecinos de la zona, que se quejan de la dejadez en las tareas de limpieza y desbroce desde hace años. S. R., un vecino y comerciante de Ervedelo, manifiesta su descontento con la situación, y asegura que "hemos puesto reclamaciones en el Ayuntamiento, en la Xunta, y avisado al Seprona, pero ninguna entidad hace nada".
"Como mínimo, algunas fincas llevan desde el año pasado sin limpiarse, y otras ni se sabe", detalla, al tiempo que enseña el lugar donde la espesura es más salvaje: "Estamos hablando del centro de la ciudad, no de un monte perdido en la nada. Hay edificios abandonados cubiertos de maleza, y algún conato de incendio durante el día, que si pasa de noche se convierte en una desgracia que no cuentas".
Reclamaciones solapadas
Preguntado por esta inquietud, Gonzalo García, jefe de servicio de la Concellería de Medio Ambiente, declara no tener constancia de las peticiones, y explica el por qué: "Son reclamaciones solapadas. Aunque un vecino limpie su finca o actuemos para despejar la zona, vuelven a llamar a los 6 meses". Pese a ello, el técnico se comprometió a "estudiar si hay expedientes abiertos" y a mandar un inspector el lunes "para valorar el grado de incumplimiento y ver qué curso de acción tomamos".
Medio Ambiente se prepara: el proceso a seguir, paso a paso
Medio Ambiente explica que, en estos casos, "lo que se hace es verificar la denuncia, identificar al responsable de cuidar la biomasa en la parcela mediante la referencia catastral de la finca, abrir un expediente y mandar a un inspector para comprobar el grado de incumplimiento y avisar de la obligatoriedad de limpiar la zona en un plazo de 15 días, en los que pueden presentar alegaciones. En caso de no cumplir, se actúa y se envía el importe previo estimado de los trabajos al propietario". Además, informan que "resolver estos expedientes hasta hace poco era complicado; se necesitaba la autorización de un juez para entrar en las parcelas", pero en aras de la celeridad, y por culpa del riesgo de incendio entre suelo forestal y urbano, "se aligeró la carga administrativa para dar una respuesta ágil al problema".
