No solo los profesionales ponen en valor la llegada del sistema Da Vinci al CHUO, sino también los propios pacientes de la provincia. “La gente está encantada cuando le explicas que vamos a utilizar esta tecnología para su intervención. De hecho, muchos ya preguntan antes si su cirugía va a ser con el robot, lo están esperando y les tranquiliza”, explica Manuel García.
Los médicos explican a los pacientes el proceso al completo y les dejan claro que el sistema no toma ninguna decisión, sino que son los cirujanos los que lo manejan (tanto el que está en la consola como el que se sitúa en la zona del carro, al lado del paciente).
Eso sí, la tecnología ya está avanzando para que, en un futuro “no muy lejano”, el robot sea autónomo. “La misma casa que tiene el Da Vinci se está preparando para que tú hagas la cirugía el día anterior y el robot la reproduzca luego”, señala. Es decir, el profesional realiza una intervención simulada y la graba para que, más tarde, el sistema la copie: “Con los estudios de imagen, como el TAC o la resonancia, tú operas al paciente virtualmente.
Tienes, por ejemplo, el hígado virtual, y vas viendo qué pasa si haces esto, si haces lo otro, y en ese proceso tú grabas lo que quieras, lo que te interese. Después, al día siguiente, o a los dos días, el robot hace exactamente lo que tú grabaste, pero con el paciente real. Obviamente, tú estarías al lado durante todo el proceso de la cirugía, por si sucediese alguna complicación y tienes que actuar”.
García espera que este tipo de cirugía robótica llegue en los próximos años, aunque todavía suene a ciencia ficción. De hecho, asegura que, de igual forma que el actual Da Vinci supuso en su momento un avance de calado en las intervenciones laparoscópicas (en la que se realizan incisiones mínimas y también se introduce una cámara para que los cirujanos tengan visión del interior del cuerpo), la posibilidad de que el sistema “copie” operaciones realizadas por un facultativo mejorará el sistema actual.
