Reportaje

Un menú típico y solidario en Vilamarín por Ucrania

El alumnado de los módulos de cocina y restauración del IES Vilamarín elaboró nueve platos tradicionales ucranianos para intentar ayudar a los refugiados de la guerra, donando los beneficios del servicio a 23 comensales a Cruz Roja.

El alumnado del IES Vilamarín también quiere aportar su granito de arena y ayudar a los ucranianos que han tenido que salir de su país por la invasión rusa. Así, ayer elaboraron un menú típico ucraniano que constaba de nueve diferentes elaboraciones y que implicó a los alumnos de cocina y restauración, dirigidos por sus tutores, Antonio Caride y Pancho Vidal.

Entre los platos, que se sirvieron a 23 comensales que habían reservado con antelación, se encontraban platos típicos de la cocina del país del este de Europa, tales como el golubtsi -un plato que consiste en unos rollos de repollo rellenados con carne picada y arroz y ahogados en la salsa de tomates-; el borsch -una sopa púrpura con una base de verduras entre las que destaca la remolacha y de ahí su característico color-; o el pavo al estilo Kiev -unas pechugas de pavo rellenas con una mantequilla especiada, empanada y frita, acompañadas de puré de patatas-.

Vilamarín. 17/03/2022. Menús Ucranianos en el IES de Vilamarín.
Foto: Xesús Fariñas
Un alumno adereza las doradas con un adobo típico (Foto: Xesús Fariñas)

Este menú, además de típico, es también solidario, ya que todo el dinero recaudado con este servicio irá destinado a ayudar a los refugiados ucranianos de la guerra a través de una colaboración con Cruz Roja.

Vidal y Villa destacan que esta es “nuestra forma de ayudar y también de que nuestros alumnos conozcan una gastronomía internacional desconocida en la parte más occidental de Europa pero que cuenta con platos muy interesantes que hemos intentado replicar”. Sobre las principales dificultades que han tenido para elaborar este exótico menú, Caride subraya que “hay platos que no son exactamente como se preparan en Ucrania, ya que es complicado obtener ciertos productos”, haciendo especial hincapié en la leche agria, que no pudieron obtener y que sustituyeron con kéfir junto con la acidez del zumo de limón.

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