La inestabilidad regresó a los cielos ourensanos. Después de unos días de anticiclón y un fin de semana de tiempo primaveral, el frío y las lluvias volvieron para aguar la Semana Santa. Tanto es así, que los termómetros sufrieron un auténtico desplome. El domingo, la temperatura en la ciudad era de unos 26°. Ayer, el mercurio descendió hasta 12 grados para marcar una máxima de apenas 14°.
El frío llegó con las lluvias de la mano. Aunque no en gran cantidad -por lo menos, al cierre de esta edición-, el agua cayó en casi todo el territorio provincial, a la luz de los datos que aportan las estaciones de Meteogalicia. Las precipitaciones tomaron forma de nieve en las áreas geográficas de mayor altitud. Fue el caso en las cumbres del Macizo Central, donde ya caían copos a primera hora de la tarde. Asimismo, la sierras del Xurés, Laboreiro y Larouco, los Montes do Testeiro y las sierras orientales también registraron nevadas, aunque de mayor timidez.
La cuota de nieve fue descendiendo a lo largo de la jornada. Esta mañana se prevé que baje hasta los 600 metros. Por ello, es posible que la situación adversa afecte al tráfico en las zonas de mayor altitud, como podría ser en la A-52 a la altura de A Mezquita, en el Macizo Central, en los viales arraianos -donde en febrero quedaron atrapados una treintena de vehículos- o en la montaña oriental. La Dirección General de Tráfico (DGT) aconsejaba ayer por la tarde “circular con precaución” en la OU-0704, la carretera que da acceso a la Estación de Montaña Manzaneda.
La previsión es que esta inestabilidad se prolongue en el tiempo. Por lo menos, hasta el próximo martes, que era el último día sobre el que Meteogalicia se atrevía ayer a calcular posibles escenarios meteorológicos. La agencia autonómica vaticina “precipitacións tódolos días”, mientras que las temperaturas serán “normais para as mínimas e baixas para as máximas respecto ao agardado para este período”.
Aviso amarillo
Por otro lado, Meteogalicia mantiene activado un aviso amarillo para mañana a partir del mediodía. El motivo de esta alerta es que se esperan fuertes ramalazos de viento de componente suroeste. Las rachas podrían superar los 80 kilómetros por hora. Esta alerta finalizará a las tres de la tarde, excepto en los concellos de montaña y en las comarcas del sur, donde se espera que la fuerza del viento continúe por lo menos hasta la medianoche.
Detrás de esta situación está el paso de por lo menos dos frentes que entrarán por la fachada atlántica de la comunidad. La provincia está bajo la influencia de una borrasca situada en las inmediaciones de Irlanda.
Es por ello que la ciudad seguirá bajo la influencia de las lluvias, aunque con claros y nubes. La previsión es que las precipitaciones continúen a lo largo de los próximos días, con temperaturas máximas que llegarán, como mucho, a los 12°. Las mínimas oscilarán entre los 4° y los 6°. La situación será similar en las grandes villas, aunque O Carballiño, O Barco y Verín experimentarán un mayor descenso térmico, con mínimas de unos 2° y máximas de 8-9°. En concellos de montaña como Chandrexa o A Veiga el termómetro no pasará de los 3-4° y el frío será de bajo cero.
