Un acuerdo entre el Gobierno central, la Xunta y los concellos de Pereiro de Aguiar y San Cibrao das Viñas permitirá mejorar el saneamiento de estos dos municipios, para combatir los graves problemas que existen actualmente y que ocasionan que lleguen aguas sin depurar a los ríos Barbaña o Loña, afectando incluso al embalse de Cachamuiña, que abastece de agua la ciudad.
El convenio para su ejecución fue firmado ayer en Ourense por el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez; el presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Marín; el conselleiro de Infraestructuras, Agustín Hernández; el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, y los alcaldes de Pereiro y San Cibrao, Eliseo Fernández y Manuel Pedro Fernández.
En el caso de la depuradora de San Cibrao, la principal intervención será la mejora del sistema de tratamiento de aguas y la construcción de un depósito con un equipo de control previo a la llegada a la depuradora, que medirá parámetros irregulares de los vertidos (aguas contaminantes que no puedan ser tratadas) que evitará su llegada al río.
Mientras, en Pereiro se va a acometer la canalización de núcleos que actualmente no estaban conectados a la red, a la vez que se completarán las obras necesarias para poner en marcha la actual depuradora, construida pero que aún no ha entrado en funcionamiento. Los vertidos de las instalaciones industriales de ambos municipios se conducirán a la depuradora de San Cibrao, si bien deben pasar un sistema de pretratamiento en la empresa para que ésta reciba la licencia de conexión a la red.
Según lo anunciado, las obras se licitarán en próximos días (previsiblemente antes de que termine el mes) y, una vez se adjudiquen, su plazo de ejecución será de 18 meses. La intervención en San Cibrao tiene un presupuesto de 3,5 millones y la de Pereiro, 1,5 millones, cofinanciados entre el Estado y la Xunta.
En el caso de la depuradora de San Cibrao, la principal intervención será la mejora del sistema de tratamiento de aguas y la construcción de un depósito con un equipo de control previo a la llegada a la depuradora, que medirá parámetros irregulares de los vertidos (aguas contaminantes que no puedan ser tratadas) que evitará su llegada al río.
Mientras, en Pereiro se va a acometer la canalización de núcleos que actualmente no estaban conectados a la red, a la vez que se completarán las obras necesarias para poner en marcha la actual depuradora, construida pero que aún no ha entrado en funcionamiento. Los vertidos de las instalaciones industriales de ambos municipios se conducirán a la depuradora de San Cibrao, si bien deben pasar un sistema de pretratamiento en la empresa para que ésta reciba la licencia de conexión a la red.
Según lo anunciado, las obras se licitarán en próximos días (previsiblemente antes de que termine el mes) y, una vez se adjudiquen, su plazo de ejecución será de 18 meses. La intervención en San Cibrao tiene un presupuesto de 3,5 millones y la de Pereiro, 1,5 millones, cofinanciados entre el Estado y la Xunta.
