“Mis mejores recuerdos en la cocina son las reuniones familiares con un plato de cocido"

El concursante Iván Mariñas, en MasterChef.
photo_camera El concursante Iván Mariñas, en MasterChef.// RTVE
Iván  Mariñas, concursante de MasterChef

La nueva edición de MasterChef cuenta con presencia ourensana, aunque sea de adopción. El coruñés Iván Mariñas, entrenador personal, reside en Ourense desde hace varios años. Ahora, disfruta de un "confinamiento culinario", mientras la audiencia sigue, cada semana, su evolución en el concurso de RTVE.  

En tiempos de confinamiento, la nueva edición de MasterChef supone un respiro a los espectadores, entre tantas malas noticias. ¿Cómo afectó la crisis sanitaria a nivel personal?

El confinamiento es algo que nos ha pillado a todos por sorpresa. Es una auténtica tragedia todo lo que está pasando, pero hay que llevarlo lo mejor posible. Yo estoy cocinando muchísimo. Por supuesto, sigo manteniendo mis rutinas de ejercicios porque, para mí, son fundamentales para mantener la cabeza limpia. Entrenar es para mí sagrado e intento que todo esté bajo calma. Espero que esto acabe pronto, para seguir con una vida que estamos todos esperando que llegue ya.

¿Qué le motivó más al inscribirse al cásting, la idea de aprender o la posibilidad de ganar? 
La verdad es que uno siempre tiene en el punto de mira que va a una competición y que va al talent de cocina más duro del mundo. Yo, por lo menos, por mi personalidad, voy con todas las ganas de ganar. Pero desde el primer momento ha sido a partes iguales: mi objetivo es aprender muchísimo e intentar sacar de aquí una experiencia que me lleve a lo más alto en el mundo de la cocina. Además de poder mejorar, estar con los mejores y exprimir la naranja todo lo que pueda para ser el mejor.

¿Imponen más los cástings, con tantos aspirantes, o las pruebas semanales? 
Soy una persona nerviosa y, aunque no se me note mucho en la fachada, yo creo que los nervios son esa seña de identidad que me hacen estar en alerta y dar lo mejor de mí desde el principio. Incluso compitiendo en diferentes deportes que he practicado, creo que esos nervios son buenos si los sabes canalizar, evidentemente. En los casting yo era muy novato, había mucha gente y estaba muy nervioso, pero en las pruebas semanales también tengo muchísimas ganas de demostrar lo que sé y eso te pone alerta. Son nervios diferentes, pero mi responsabilidad por hacer las cosas bien siempre me hace estar al lío.

Desde casa se ve buen ambiente entre los compañeros, también alguna rencilla... ¿Se mantiene la naturalidad pese a las cámaras? 
Uno se va olvidando de las cámaras poco a poco. En un grupo tan amplio es imposible que te lleves con todo el mundo exactamente igual o no tener encontronazos y que no conectes especialmente con alguien. Es normal que empatices más con unos que con otros.

¿Es posible demostrar la valía como cocinero pese a la velocidad de las pruebas? 
Estos son los hándicaps importante del programa. Al final estamos bajo presión intentando demostrar todo lo que sabemos y, por encima, estamos en un entorno donde no estamos acostumbrados a movernos. Pero las cocinas de MasterChef te preparan para la vida real. Hay que tener en cuenta que muchas veces en una cocina no todo sale como uno quiere, y hay pequeños detalles que, seguramente, con calma, te saldrían mejor si no fuera por ese tiempo que está todo el rato apretándote y que te hace cometer fallos, claro.

Su profesión está íntimamente ligada con la vida sana, ¿en la cocina también apuesta por lo saludable? 
Por supuesto, evidentemente el buen comer no está reñido con el comer saludable. Creo que se pueden hacer excepciones, pequeños platos que no estén en lo mejor de los marcos recomendables para la salud, pero también se puede cocinar rico, bien, de vanguardia y saludable. Es uno de mis retos y creo que se puede conseguir con facilidad.

¿Qué tal le sale el pulpo? ¿Y el cocido? 
La verdad es que me gané la cuchara (el pase al programa) con un plato de pulpo, sin olvidar mis raíces gallegas, ni un producto tan brutal. Hice una pequeña reconstrucción de lo que sería un pulpo "á feira", pero de forma diferente. El pulpo me sale muy bien y, para mí, el cocido es sagrado. Creo que mis mejores recuerdos en la cocina son las reuniones familiares en las que hay un cocido en el centro de la mesa. Para mí, un cocido es Galicia, puro y duro. A la Galicia interior también le tengo mucho cariño, no solo a la costera.

¿Algún plato que le haga especial ilusión aprender durante su paso por el programa? 
Quizás, suene muy políticamente correcto pero, cualquier plato que haga las delicias de los paladares de mis comensales es ese plato que cualquier cocinero quiere hacer. Estoy en MasterChef para aprender, me falta mucho, pero ese es mi objetivo.

Te puede interesar