“La motocicleta del kamikaze llegó a volar por la calle Reza”

Adolfo L.C., ayer sentado en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal 1 de Ourense. M.S.
photo_camera Adolfo L.C., ayer sentado en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal 1 de Ourense. M.S.
La fiscal lo acusa de huir de la Policía a 90 km/h, saltarse semáforos en rojo e invadir calles peatonales

“Nunca en mi vida había visto conducir así; la moto llegó a volar en la calle Reza”. Así describió este jueves un agente de la Policía Local cómo un  motorista kamikaze al que le dieron el alto se dio a la fuga a más de 90 km/h por la ciudad de Ourense, rebasando todos los semáforos en rojo, conduciendo en sentido contrario e invadiendo calles peatonales del Casco Vello. Durante la persecución policial, que duró entre 10 y 15 minutos, algunos peatones se cayeron al suelo y otros tuvieron que correr para no ser atropellados, y varios vehículos debieron subirse a las aceras y alcorques para no colisionar con el motorista huido, que portaba un acompañante en el asiento de atrás, según los agentes y la Fiscalía. El presunto conductor temerario, Adolfo L.C., se sentó ayer en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal 1 de Ourense por un delito contra la seguridad vial.

Los hechos enjuiciados ocurrieron el 3 de septiembre de 2019, sobre las 17.22 horas, cuando una patrulla policial dio el alto a una motocicleta Yamaha con dos ocupantes tras saltarse un semáforo en rojo en la confluencia de las calles Progreso y Parada Justel. El encausado negó ante la jueza ser el piloto de la moto, que está registrada a nombre de su hermano. Sin embargo, los agentes declararon que conocen al enjuiciado por delitos previos y que lo reconocieron porque llevaba puesto un casco abierto y se le veía la cara.

 “Fue una situación muy caótica. Conducción temeraria, no; lo siguiente. Había riesgo para los peatones y pusimos las sirenas para que la gente se pusiera a salvo”, explicaron los policías que persiguieron al kamikaze recorriendo un tercio de la ciudad, aunque no lograron detenerlo.

El investigado negó ser la persona que pilotaba la motocicleta, y aseguró que tiene muchos enemigos en la Policía, que le han confundido muchas veces con su hermano y que los agentes lo acosan tanto a él como a su madre. “Me quieren hundir”,  señaló en el juzgado.

“Los peatones saltaban, corrían y se caían. Varios vehículos se subieron a las aceras. Es difícil conducir de una forma más temeraria”, señaló uno de los agentes.  Otro de los policías declaró que aquella tarde viajaba fuera de servicio en su vehículo particular acompañado de su familia y tuvo que frenar en seco para evitar chocar con la moto en el cruce de las calles Progreso y Reza.

La Fiscalía solicitó una pena de 18 meses de prisión y la privación del derecho a conducir vehículos de motor y ciclomotores durante cinco años, lo que conllevaría la pérdida del permiso de conducir. Además, señaló que concurre la agravante de reincidencia, ya que Adolfo L. C. ya fue condenado en sentencia firme por un delito de conducción temeraria el 21 de abril del año 2017. 

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