Los negocios ourensanos, escenario de un robo con fuerza cada dos días

Cristales rotos de una cafetería asaltada en Ourense.
photo_camera Cristales rotos de una cafetería asaltada en Ourense.
Los delitos contra el patrimonio preocupan a la Policía, dado que aumentan a diferencia de los que afectan a las personas 

Los comercios ourensanos sufren un robo con fuerza cada dos días, según el último informe de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa). Concretamente, este tipo de delito en los negocios de la provincia ocurre en el período de un día, 23 horas, 21 minutos y 5 segundos. Se trata de sustracciones en las que no media la violencia directa contra una persona, sino que se causan daños al patrimonio a la par que se adquieren bienes.

Los datos muestran que en 2022 sucedieron 185, un 32% más que el año anterior. La tendencia es al alza, aunque el mayor número de robos con fuerza de los últimos cinco años ocurrió durante la pandemia, cuando entraron en 206 locales.

Este tipo de delitos, que experimentan junto a los robos en viviendas un crecimiento en temporada estival, vuelven a preocupar a las autoridades este 2023. En la última Junta de Seguridad Local del concello de Ourense, a principios del mes, los representantes de las fuerzas del orden acordaron aumentar las medidas para prevenir los posibles casos: constatan que los delitos contra el patrimonio persisten, aunque disminuyen los que afectan directamente a las personas. 

Aunque este año la tendencia sea positiva, los robos con violencia, también conocidos como atracos, se incrementaron un 14% en 2022 y un 23% respecto a 2019. 

Los hurtos

Los comercios de la provincia también se ven afectados  por los hurtos. En estos casos, aunque no media la violencia, el delito provoca pérdidas monetarias. Son uno de los tipos penales que más aumentaron durante el pasado año, un 40%. En total se denunciaron 1.747. Uno de los colectivos que se muestra más perjudicado es el de los comerciantes de la zona centro de Ourense. Utilizando el método del despiste, los autores entran en los locales, esperan a que el propietario esté atendiendo o fuera de su campo de visión y afanan lo que pueden en la mayor brevedad.

Los negocios más afectados son los que venden electrónica, ya que los artículos tienen buena reventa en internet. Fuentes policiales señalan que es habitual el perfil del adicto a las drogas, sobre todo los que acuden “por encargo”. Estos frecuentan, a petición de un tercero, los supermercados de la ciudad, hurtan y llevan los productos a sus respectivos barrios para revenderlos en el “mercado negro”. 

Como curiosidad, un estudio de la compañía Checkpoint Systems, señala que en Galicia, el producto más robado en los supermercados son las latas de conservas. Por otra parte, en Ourense, también se sustrae alcohol, papel de alumnio o polvos de talco.

Robos en domicilios

Una de las variantes más preocupantes para los propietarios, sobre todo en temporada estival, son los robos con fuerza en viviendas. En 2022 se cometieron 305. En esta época, los ladrones aprovechan la ausencia de los moradores habituales, que se trasladan a sus segundas viviendas. 

A diferencia de los hurtos, donde el objetivo es adquirir a mayor brevedad un objeto o dinero, en los robos en viviendas suele haber una preparación. Tal y como explican fuentes policiales, los autores suelen actuar organizados en bandas itinerantes -que se desplazan a la provincia en verano-. Cada uno posee un rol diferente, desde los que marcan una puerta (con pegamento, por ejemplo) a los que acuden a ver si los inquilinos estuvieron o los que cometen el delito como tal. 

Este verano, desde la Policía Nacional, confirman que se está utilizando el modo “bumping”, uno de los clásicos. Son llaves modificiadas para poder entrar en cualquier tipo de cerradura. Una vez introducida, se golpea el exterior con un martillo y se logra que salten todos los pistones al mismo tiempo. De ese modo, la llave logra girar y abrir la cerradura. 

Los diferentes tipos de sustracciones y las formas de ejecutarlas

  • Robos con fuerza: son aquellas sustracciones que se ejercen sobre las cosas. Su  ejecución tiene la finalidad de eliminar las medidas de protección que se presentan (puertas, ventanas, rejas) para obtener un bien. Normalmente, se realizan cuando los negocios están cerrados.
     
  • Robos con violencia: en este caso quien comete el delito, actúa con el uso de la fuerza física o la intimidación sobre otras personas. Las penas son mayores que en los anteriores. Los atracos son uno de sus tipos. 
     
  • Hurtos: a diferencia de los casos anteriores, la violencia y la fuerza no están presentes. Por lo tanto, se trata de un delito doloso consistente en sustraer una propiedad ajena con ánimo de lucrarse, siempre sin el beneplácito del propietario de los bienes materiales. El Código Penal establece una diferencia entre los bienes que tengan un valor superior a 400 euros y los que tienen un valor inferior. 

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