Las obras del AVE avanzan como nunca

El trabajo que se desarrolla a lo largo de los más de setenta kilómetros del trazado de alta velocidad en la provincia de Ourense, desde que la línea entra en el término municipal de A Mezquita hasta que se encuentra con el cambiador de ancho en Taboadela avanza al máximo. Habría que retroceder hasta el segundo semestre de 2017 y 2018, el período en el que se le imprimió el máximo ritmo, para encontrar un nivel de actividad como el que se despliega en estos momentos.

Las empresas que tienen adjudicados los distintos contratos con los que se pretende terminar la línea de alta velocidad gallega mantienen equipos de trabajo en varios subtramos a un mismo tiempo. La unión temporal de empresas formada por Electren y Elecnor, que tienen encomendado el despliegue de todo el sistema de electrificación, trabaja al mismo tiempo en el túnel de O Cañizo, en A Gudiña, y entre Meamán y Taboadela. Sus equipos se mueven en camiones que han sido adaptados para circular sobre carriles y que disponen de elevadores para manejarse con soltura en la colocación de los elementos complementarios de los postes antes de tender la catenaria o hilo del que toman la corriente los trenes. También en dresinas, pequeños vehículos ferroviarios, por los que se mueven los equipos de trabajo de un punto a otro y que sirven al mismo tiempo para transportar el material. 

La electrificación es la parte del montaje de la superestructura que se encuentra más atrasada. En algunos tramos están simplemente colocados los postes y las canalizaciones para la conducción de la electricidad hasta los puntos de toma de corriente o "feeders". En otros, ya hay otros elementos, como las ménsulas y los equipos destinados a la regulación de la tensión mecánica, que se reconocen por el conjunto de contrapesos que penden en paralelo de los postes en los que se encuentran situados y las ruedas de diferentes tamaños que sirven para facilitar esa labor de regulación de tensión mecánica. El objetivo del Adif es que esta fase del electrificación hasta la estación de Ourense esté concluida en el mes de septiembre, como muy tarde, sin embargo, a la vista de la situación actual parece difícil de lograr ese objetivo. En paralelo, las empresas que tienen adjudicado el montaje de la vía, realizan a un tiempo labores de distinta naturaleza que ponen de manifiesto el nivel en el que se encuentran las obras. Su ámbito de actuación comprende los primeros 56,15 kilómetros, desde Pedralba de la Pradería hasta Campobecerros.

En esta última localización, un tren con 8 vagones tolva procedía al riego de balasto sobre la vía derecha, balasto que cargaba en el punto de acopio situado a pie de vía. En los kilómetros de vía sobre balasto, que son los menos en la provincia de Ourense, después de esta fase que ahora se desarrolla en Campobecerros tienen que seguir nuevas nivelaciones de la vía y una segunda nivelación dinámica de la que se encarga un tren especial formado por máquinas que se ocupan del perfilado del balasto, nivelando y alineandolo para dejar la vía ya en su punto definitivo a partir del cual se procede al amolado del carril para que esté listo para la circulación a alta velocidad, aunque antes de que ésta llegue habrá un segundo perfilado del carril.

PRUEBAS DE CARGA

El tren balastero que ahora trabaja en Campobecerros había desarrollado la semana pasada las primeras pruebas de carga de los viaductos de este tramo, concretamente, en el de Requejo, de algo más de 1,7 kilómetros y el derecho de Pedregales, de casi un kilómetro de longitud. Mientras, en el túnel de Espiño, uno de los más largos de la línea, las hormigoneras entraban por la boca Oeste, en el término municipal de Vilariño de Coso, para proceder al hormigonado de la placa sobre la que se asentará la vía en el túnel izquierdo. La vía izquierda solo se despliega, en este tramo, entre Vilavella, donde se encuentra la fallida base de montaje que iba a ser el principal centro de operaciones del montaje de vía en la provincia de Ourense y lo que queda de la de Zamora, y Campobecerros. Son, aproximadamente unos 24 kilómetros, pero de momento solo hay un pequeño fragmento en Vilavella y en Campobecerros. Es posible que en la actualidad estén montando también la vía en el túnel izquierdo de Bolaño, pero el resto se encuentra a la espera, con las traviesas colocadas y alineadas, perfectamente, a la espera de que sea desplegado sobre ellas el carril. El tren carrilero está parado delante de la futura estación Porta de Galicia, cuyas obras ya tendrían que estar finalizadas a estas alturas, pero el ritmo de las mismas se ha ralentizado a la vista de que incluso con retraso en su ejecución podrá estar finalizada mucho antes de que el primer tren pase por sus vías.

Además de los postes convencionales, ya han sido instalados algunos equipos para regular la tensión mecánica de la catenaria.

MEAMÁN

Mucho más avanzados se encuentran los 47 kilómetros siguientes, entre Campobecerros y Taboadela. Desde la base de Meamán, en el municipio de Baños de Molgas está desplegando la vía izquierda tanto en dirección a Taboadela, que se encuentra muy avanzada, como hacia Campobecerros. El viernes, el tren carrilero se encontraba detenido en una de sus vías de estacionamiento y la losa de transferencia mostraba un gran stock de carril para seguir con el montaje de la vía izquierda.

También en Meamán hay un punto de acopio de balasto desde el que se carga el tren dedicado a estos menesteres que tiene Convensa, la empresa adjudicataria del montaje de la vía en este tramo. A media tarde del viernes, el tren se encontraba cargado y en espera de salida para seguir con el riego de balasto que sigue a la nivelación previa y estabilización dinámica de la vía, trabajos que realizan las bateadoras y otras máquinas especializadas y que también estaban operando estos días en distintos puntos de la línea, como en la propia base de Meamán.

La intensidad del trabajo en todo el trazado es muy superior a la que se podía observar meses atrás. El grado de dedicación que se observa actualmente no se veía desde 2015, cuando la mayor parte de los subtramos de la infraestructura, incluyendo túneles y la mayoría de los viaductos, estaban en plena fase constructiva, que luego se vería interrumpida por las diferencias de criterio entre el Adif y las constructoras por los modificados de precio como consecuencia del incremento del coste de las obras en unos casos y por falta de liquidez de Fomento para hacer frente a las certificaciones en otros.

Los planes del Adif podrían cumplirse, en lo que a montaje de vías derecha e izquierda se refiere. Desde el Administrador de las Infraesructuras Ferroviarias se han marcado el objetivo de que vía derecha e izquierda estén totalmente listas antes de concluir el mes de junio. Hay un margen de dos meses en los que, si mantienen el actual nivel de actividad se puede llegar a esa fecha con la vía lista para que se puedan realizar todas las pruebas de carga necesarias mientras se procede al montaje de aparatos de vía y las vías de desvío de los puestos de banalización y adelantamiento y estacionamiento de trenes en Vilavella, Campobecerros y Meamán, y se procede a terminar el montaje de la catenaria, una tarea que requiere que el resto de los elementos de la vía se encuentren finalizados y en su posición definitiva.