Las obras convierten a Celso Emilio Ferreiro en un "infierno" un día más de lluvias en Ourense

Vecinos y comerciantes de la calle aseguran que la intervención no avanza desde hace semanas. Las intensas lluvias de los últimos días, además, convirtieron la zona en un barrizal

Casi cuatro meses después del inicio de las obras de Celso Emilio, tras el reventón de la red de saneamiento, vecinos y comerciantes de la zona están hartos. A las molestias y a la falta de información (todavía se desconoce la fecha estimada de finalización) se suman estos días los efectos de las intensas lluvias. “Onte (por el domingo) pola mañá a rúa era un lago e as beirarrúas estaban todas cheas de pedras”, asegura Aquilino Blanco, de la tienda de informática AIT. Ayer por la tarde, el agua salía a borbotones de una de las alcantarillas, inundando parte de la acera e impidiendo el tránsito de peatones.

Mientras que el tramo afectado en Curros Enríquez se reabrió la pasada semana, en Celso Emilio no parece que la intervención avance. “Levaban case un mes sen tocarlle a esta zona. Algún día víase un obreiro, ou dous, pero non facían nada. Agora co da chuvia volveron. Estas obras son unha auténtica tomadura de pelo”, critica Blanco, que pone el foco en la falta de información. “Ninguén viu aquí a explicarnos canto ía durar, ninguén se preocupou de facelo. O que se di agora é que se teñen que volver abrir a rúa porque os tubos que colocaron non serven. Xa puxeron uns que sacaron días despois”, remarca. 

Los vecinos hablan de las dificultades vividas en estos meses para acceder a sus viviendas: “Hubo días en los que no pude sacar el coche del garaje porque cortaron el acceso sin avisar previamente. No es lógico”. 

Por su parte, los comerciantes dan cuenta de las molestias causadas a sus negocios desde el mes de junio -varios de ellos hablan de un “bajón” notable en los ingresos-. “La clientela habitual, de la zona, sigue viniendo, pero este verano fue mucho peor que el año pasado, claro, no atrae tanto venir al bar”, apuntan desde un negocio de hostelería. “Ojalá acaben cuanto antes, aunque no lo parece”, añaden. Los servicios de reparto también se ven afectados, ya que no pueden acceder al tramo afectado. “Hai empresas que non veñen tanto como antes porque non poden perder o tempo de deixar a furgoneta arriba e baixar a pé”, relata Blanco. 

En su caso, la obra de la calle también impide la reparación del suelo del negocio: “Dende a inundación polo rebentón temos que cambiar o parqué, pero ningunha empresa fai o traballo porque non poden colocar diante o caixón dos cascallos”.

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