Los técnicos de la Confederación Hidrográfica recogieron ayer muestras del agua en el río a su paso por la ciudad para determinar su calidad y descartar la presencia de contaminación

Las obras de Santo Estevo y la lluvia llenan de lodo el Miño

Dos personas, al lafo del Miño a su paso por la ciudad. (Foto: Miguel Angel)
El río Miño no levanta cabeza y ayer volvía a arrastrar lodo y materia orgánica. El impacto visual que ofrecía el cauce a su paso por la ciudad no se parecía en nada al de otros años por estas fechas. El agua ofrecía un color marrón, debido al barro, y en los remansos, a la altura de Oira, se podía observar todo tipo de restos, incluida una rueda gastada de un tractor y un trozo de valla protectora, posiblemente de la carretera N-120.
La situación encendió la alarma en la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, que movilizó a seis agentes fluviales para que recogieran muestras de agua en el tramo del río comprendido entre Os Peares y el embalse de Castrelo de Miño. 'Estamos realizando continuamente análisis y no se aprecia ningún tipo de contaminación. La calidad del agua está en los parámetros normales, muy por debajo de los análisis realizados el pasado 18 de mayo', afirmaron en el organismo de cuenca.

El pasado 18 de mayo, el río Miño presentaba un aspecto similar: su cauce arrastraba barro y materia orgánica, situación que entonces fue atribuida al vaciando de la presa de Santo Estevo para construir una segunda central hidroeléctrica.

La Confederación culpaba ayer de la situación a los trabajos que se están realizando en el embalse de Santo Estevo, pero también a la lluvia caída en los últimos días, que provocó arrastres.

Te puede interesar