La provincia experimenta esta semana la primera ola de calor del verano tal cual la definen los expertos, un episodio de al menos cuatro días con temperaturas máximas por encima de lo habitual. En la ciudad, ayer el mercurio alcanzó los 41,8 grados de máxima y a las 21.30 horas el mercurio rozaba los 36 grados (sensación térmica de 41). En Vilamartín de Valdeorras, se llegó a los 42,9, el valor más alto de Galicia y el quinto de España. Hoy será peor: el calor acumulado se sumará al de la jornada. Las máximas podrán superar los 42 grados en la ciudad y las mínimas serán más altas aún (22).
“Esta ola se diferencia de las otras ocurridas este verano porque va a ser más larga, durante varios días superaremos los 40 grados”, señala el coordinador de Meteogalicia, Juan Taboada. Otra de sus peculiaridades son las temperaturas mínimas: “Esta vez la masa de aire es muy cálida, por lo que se queda asentada y genera que las noches sean cálidas. No van a bajar de 20 grados”, precisa. Además, que las altas temperaturas estén presentes en toda Galicia (única vez que pasa este verano), es la tercera característica que establece la de estos días como la primera ola de calor del verano en la comunidad.
Mañana, el termómetro comenzará a bajar hasta los 38 grados. A partir de entonces, el anticiclón se instalará próximo a las Azores -favoreciendo a Galicia- y soplará viento del norte.
Meteogalicia estableció, ayer y hoy, una alerta roja por peligro para la salud pública en la zona de Valdeorras. Aunque por los valores del termómetro, el aviso debería ser naranja, su larga duranción hace la exposición al sol especialmente arriesgada.
En cuanto a temperaturas elevadas, Meteogalicia establece un aviso naranja (por máximas de entre 39 y 42 grados) en todas las localidades que bordean al Miño. El resto de la provincia, menos el noreste, está bajo aviso amarillo.
Efectos sobre la salud
El Sergas advierte sobre los peligros de sufrir los efectos del calor. La gravedad de los trastornos producidos por el exceso de temperatura van desde los leves como calambres, agotamiento, hasta la forma más severa que es el golpe de calor. Este aparece cuando el organismo pierde el control de la temperatura que sube por encima de los 39 grados, provocando daño en las estructuras celulares y en el sistema termorregulador, con un alto riesgo de mortalidad. Para evitarlo, recomiendan beber sin esperar a tener sed, utilizar tejidos naturales, evitar salir en las horas de más calor y permanecer en espacios ventilados.
