Una ourensana, atacada por los cuatro pitbulls de su vecina en Muíños: “Intentaron comerme viva”

Heridas de la mujer. CEDIDA
photo_camera Heridas de la mujer. CEDIDA
Una mujer de 70 años fue acorralada y atacada por los cuatro perros de su vecina, de raza pitbull, en la aldea de Barxés (Muíños): "Todo el pueblo se queja. Normalmente los dejan sueltos"

Feliciana Romero, de 70 años, sobrevivió al voraz ataque de los cuatro pitbulls de su vecina, en la aldea de Barxés (Muíños). Los hechos ocurrieron el pasado jueves a las 11,30 horas. En ese momento la víctima salió a buscar unas verduras en una finca cercana a su vivienda. Antes de llegar, en un pequeño camino, cuatro perros saltaron sobre un muro de la casa contigua y se abalanzaron sobre ella.

Pese a que llevaba un palo en la mano, estaba acorralada. Trató de defenderse, pero eran demasiados: “Uno me cogió por una pierna  y otro por otra. No podía hacer nada, ni escapar”, explica. “Me quitaba a uno de encima y venía otro a morderme”, añade. 

Cuando ya estaba tirada en el suelo, inmóvil y siendo atacada por todos los costados, apareció la propietaria. “Hizo lo que pudo y la atacaron a ella también. Solo en ese momento pude levantarme y echar a correr. Me encerré en una finca que estaba al lado. Desde ahí pude pedir auxilio”, relata.

Heridas de la mujer.
Heridas de la mujer.

Su huida la hizo descalza y con la ropa rota, los canes le habían arrancado todo lo que llevaba. “Si no llega a aparecer en ese momento, me habrían matado”, asegura Feliciana. Al escapar, derramaba sangre, muchas incisiones habían sido profundas. “Me estaban comiendo viva, me mordieron en las nalgas, en el pie, en el ojo. Me dejaron sin párpados y me rompieron la ceja”, enumera la víctima. 

Cuando llegó su marido alertó al 061 y a la Guardia Civil. La mujer fue trasladada en ambulancia al CHUO, donde le realizaron numerosas suturas. Durante cuatro horas le cosieron el interior del ojo. Mientras, los agentes del Instituto Armado inspeccionaron el lugar y el equipo del Seprona está investigando lo sucedido.

No es la primera vez que esta manada ataca a un vecino: “Llevo un año y medio advirtiéndole, que les pongan un bozal o los vigilen. Yo no soy la primera, pero los otros encontronazos fueron con un perro que, más o menos, te puedes defender”, dice Feliciana.  “Todo el pueblo se queja. Normalmente los dejan sueltos. Entiendo que tengan que correr pero me pudieron haber matado”, añade.  Dada la situación, tanto ella como el hospital decidieron denunciar. 

“Estoy traumatizada. No puedo moverme, no puedo andar, no puedo abrir el ojo”, lamenta. Ahora, a Feliciana le espera una recuperación lenta. 

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