Más allá de algunas botellas abandonadas en terrazas, esta ha sido una entrada de año atípica, también en lo que respecta a la limpieza
No hubo fiesta callejera, por lo que tampoco hay residuos: los servicios de limpieza municipales se han encontrado con un panorama atípico para esta primera fecha del año, en que -un año cualquiera- la resaca de la Nochevieja se dejaría ver -y oler- en aceras y barandillas del centro de Ourense.
Ni la Praza Maior, ni la pendiente de Santa Eufemia, ni los jardines del Padre Feijóo: más allá de algunas botellas abandonadas en terrazas, esta ha sido una entrada de año atípica, también en este sentido.
