Durante 30 años, la hamburguesería Charlie fue una referencia para la comunidad universitaria y para numerosas familias del barrio de As Lagoas. Carlos y Carmen, sus dueños, se despiden ahora del negocio de toda una vida. Lo traspasan por motivos de salud y esperan que haya emprendedores que cojan el testigo de un local muy conocido y asentado.
La esencia de este local surgió en Leganés en los 80: “De joven me fui a trabajar en el Burguer Rober’s, un clásico de Madrid, pero después de varios años la morriña nos pudo y volvimos a Ourense con la idea de montar algo parecido”, explica Carlos. Durante las tres décadas que sirvieron hamburguesas, se formó una clientela “fiel” alrededor del establecimiento. “Es habitual ver a familias y grupos de amigos, también estudiantes y trabajadores de la Universidad. Estamos muy agradecidos”, señalan.
Más allá del negocio, los propietarios se quedan con el carácter familiar del local: “Parece un cliché, pero en nuestro caso es verdad: hemos visto a gente venir desde muy joven, clientes que traían a sus parejas, que nos contaban que se iban a casar, a tener hijos… Y acababan viniendo con sus hijos, que tras hacerse mayores, también seguían viniendo con sus parejas e hijos”, señalan. Aunque ahora las hamburgueserías son comunes, cuando esta pareja inició el negocio no lo eran tanto. Carlos y Carmen recuerdan que “con los años fue creciendo y cambiando”. En su caso, optaron por la receta original: “Mientras algunos locales apostaban por platos diferentes, con carnes de varios tipos, nosotros nos mantuvimos con la clásica: carne de aquí y patatas cortadas a mano”.