El Paseo del Barbaña, una ruta urbana echada a perder

Recorremos uno de los senderos más emblemáticos de la ciudad: el del Barbaña, desde O Polvorín hasta Seixalbo y el Paco Paz. Las lluvias han convertido en un barrizal varios tramos de una senda espectacular pegada al río que pierde usuarios.

La ruta del Paseo del Barbaña es uno de esos senderos urbanos multifunción: caminantes, ciclistas y corredores compartían espacio en buena sintonía en uno de los paseos pegados al río más bonitos y concurridos de la ciudad. La cercanía al centro y la dificultad baja -se puede empezar en O Polvorín, bajo el puente de Marcelo Macías- se sumaba al atractivo de este pulmón verde que pierde usuarios. Los últimos temporales y la falta de atención -en hora y media de trayecto solo encontramos una máquina apisonadora parada- convierten varios tramos de la ruta hasta Seixalbo y el Paco Paz en intransitables. El vandalismo del que parece que Ourense no se puede despegar también es protagonista del recorrido, demasiado tranquilo -apenas una decena de caminantes y corredores en todo el camino, ningún ciclista- para una mañana despejada en la que incluso el sol acompaña para disfrutar de uno de los entornos más agradables de la ciudad.

El recorrido empieza en O Polvorín

Un cartel da la bienvenida a paseantes y ciclistas. Aunque, de estos últimos, no encontraremos ninguno en hora y media de trayecto. Los barrizales que se formaron en varios puntos explican la ausencia. El camino está bastante transitable durante, al menos, el primer kilómetro. Al adentrarse en el recorrido, donde uno se topa con solares sin desbrozar, también comienzan a aparecer los efectos del temporal. Los arrastres de las últimas lluvias han dejado varias zonas inutilizadas, por eso los usuarios hacen virguerías para apartar los baches y socavones.

Durante el trayecto, sí hay zonas en las que la máquina apisonadora ha trabajado ya. El camino ha vuelto a ser allanado en varios puntos tras las lluvias, pero son varios tramos en los que hay que esquivar el barro para continuar el sendero. Si el objetivo es solo pasear, es llevadero. Los corredores ya no llegan a este punto. Tampoco los ciclistas. 

Al llegar a la zona del Paco Paz, a la ruta le falta señalización

Además, el paso de peatones que hay que cruzar para coger la ruta de vuelta a la ciudad por el lado derecho es peligroso. Los vehículos pasan a gran velocidad en mitad de este recorrido. Es quizás, este punto, el más abandonado. La ruta está bastante limpia hasta este tramo, pero aquí ya asoma la basura fuera de las papeleras y en los márgenes del río. Bajo uno de los puentes del camino, una persona sin hogar se resguarda en una tienda de campaña. En la ruta merece la pena desviarse hasta el centro de Seixalbo, uno de los núcleos del perímetro rural de Ourense mejor cuidado por sus vecinos.

El regreso a O Polvorín por el margen derecho

El sonido del Barbaña que acompaña toda la ruta, compensa el semiabandono. Los grafitis en el viejo molino y en papeleras y bancos afean el camino. También la ruta de las constelaciones: un proyecto casi desconocido. Es un observatorio colocado en mitad del sendero para ver Hércules, una constelación extensa pero carente de estrellas luminosas según el letrero. Aunque con las pintadas, guiarse es casi imposible. La falta de alumbrado en algunos puntos también impide que el usuario nocturno se decante por esta ruta. Mucho menos, para ponerse a observar  las estrellas. Se echa de menos una fuente.

Esperamos que, con la aprobación del proyecto para renovar la senda del Barbaña, todo cambie.

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