A las calles que ya permanecen o han estado recientemente cortadas en el centro de Ourense, se suma un nuevo inmueble ha tenido que ser precintado en el Casco Vello por la caída de cascotes.
Un riesgo que amenaza a los viandantes de la ciudad, por el peligro de que se precipite alguna pieza sobre ellos.
Generalmente, se trata de edificios que se encuentran en mal estado, incluso en situación de abandono. Esta dejadez hace que con el tiempo se precipiten desde partes de los antiguos tejados hasta trozos de cemento y pintura.
Solo en las últimas semanas, los vecinos de Ourense ya han visto cómo se cortaba el paso en calles tan céntricas como la calle de Juan de Austria, o también Antonio Puga.
En esta ocasión, se trata de la calle do Vilar, donde las autoridades han precintado, de nuevo, un inmueble en situación de abandono.
