Reportaje

Los peregrinos degustan los manjares ourensanos

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La Plaza de Abastos promociona el género local entre los caminantes

Llegar a Santiago de Compostela es el principal objetivo de los peregrinos, aunque el Camino ofrece otras muchas posibilidades, como un contacto más estrecho con las culturas y gastronomías locales. Este es el objetivo de Écociña, la campaña de la Xunta de Galicia que ayer visitó Ourense para agasajar a los caminantes de la Vía da Plata con un lote de productos de la Plaza de Abastos, como aceite de oliva, quesos y fruta.

La Prazaneta, una llamativa Vespa roja de tres ruedas, hizo su primera parada del día en Seixalbo, donde varios miembros del evento ofrecieron los alimentos a los peregrinos, además de darles un espacio para descansar y disfrutar del refrigerio. También le entregaron una tarjeta con información y el enlace a la plataforma digital que las Plazas de Abastos de Galicia tienen para la venta de su género, con reparto a todo el país en 24 horas.  “El peregrino es un potencial cliente y lo tenemos en casa”, explicó Daniel Aragunde, director del proyecto que pretende fomentar “un consumo sostenible, ecológico y la compra de cercanía”.

Los caminantes recogieron agradecidos la comida, que en la mayoría de los casos no tardaron en engullir para reponer fuerzas tras varias horas de recorrido.  Para Salador Vargas la de ayer fue la etapa número 35 desde que salió de Málaga, y reconoció que a estas alturas las piernas ya flojean, por lo que no dudó en sentarse a la sombra para degustar la empanada y alabar esta iniciativa. “Todo lo que sea promocionar y hacer que la gente como yo, que no tiene mucha cultura del norte de España, conozca la gastronomía, está muy bien”, afirmó el joven de 31 años.

Junto a él llegó Benito Cometa, italiano de nacimiento y “español de corazón”, quien realiza el Camino por quinta vez y aun así sigue sorprendiéndose, como hizo ayer con un pequeño menú que calificó de “fantástico”, y dio su apoyo a la iniciativa porque “es un modo de ayudar a las personas que trabajan en esto”. Pese a que no considera la gastronomía como lo más importante de la ruta que comenzó hace más de un mes en Sevilla, guardará alguna fuerza para salir a conocer Ourense cuando termine la etapa. “Cuando pueda descansar voy a pensar en la gastronomía, en el producto local, pero a lo largo de la ruta es difícil”, agregó a caballo entre el español y el italiano.

El variopinto trío lo completa Ggirald, berlinés que visita por tercera vez una Galicia que le “gusta mucho”.  Su gran pasión gastronómica es el jamón, aunque estos días su dieta se basa en patatas fritas y agua, por lo que agradece mucho un poco de variedad cuando se puede. “Es una gran idea, el Camino está lleno de sorpresas, la gente se preocupa mucho por los peregrinos”, aseveró.

Segunda parada: Alameda

Ya por la tarde la Prazaneta encendió sus motores y llevó los productos ourensanos a la Alameda, ubicación de la Plaza de Abastos provisional, donde los presentes disfrutaron de un espectáculo culinario a cargo de chefs profesionales que solo emplearon alimentos locales. 

Tras pasar el día en Ourense, Écociña prepara ya la próxima parada, que será en Baiona el 23 de octubre. Con el evento vigués se pondrá fin a una iniciativa de tres etapas que comenzó la semana pasada en Vilanova de Arousa, Pontevedra, donde la primera acogida fue muy positiva para la organización. “En Vilanova hubo como 50 peregrinos, no esperábamos mucha afluencia porque es un camino nuevo, la Variante Espiritual del Camino Portugués”, afirmó Aragunde.  En las Plazas de Abastos gallegas habrá otras actividades en las próximas semanas, vinculadas todas a la cocina sostenible.

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