CRÓNICA

Mascarillas, personalizar lo imprescindible

lovelydisgraze_resultado
photo_camera Lara y Yago, de Lovely Disgraze, elaboran las mascarillas en el taller de la firma, en Ourense.
Convertidas en obligatorias para los próximos meses, las mascarillas pueden ser también un complemento al look de cada día. En eso trabajan varios emprendedores ourensanos, con diseños personalizados. 

Sanidad ha definido como un complemento imprescidible para las próximas temporadas a las mascarillas, que se abren paso incorporándose a las vestimentas diarias. Así como las tendencias son optativas y cada uno decide si quiere o no seguirlas, en este complemento no va a haber discusión. Todos, da igual a que tribu urbana pertenezcamos o cual sea nuestra relación con la moda, coincidiremos en nuestro look durante los próximos meses. 

Así, las calles han comenzado a llenarse de diseños porque, puestos a tener que llevarlas, cada uno quiere vestirla acorde a sus propios gustos. Por ello, son varios los diseñadores ourensanos que ya han comenzado a elaborar mascarillas en las que, con las medidas de seguridad oportunas, han dado un paso más allá y le han otorgado el plus de la estética. 

Es el caso de Nicandra, en Verín, donde la elaboración de mascarillas nació "con los materiales que teníamos a mano en aquel momento", durante lo más delicado de la pandemia y con fines solidarios. Ahora, han encontrado un tejido homologado en el que "la propia tela es el filtro", explican desde la firma. Los tejidos estampados son una de las opciones más buscadas, pero también se han animado a ilustrar telas con sus propios diseños, creando una línea de motivos animales y otra dirigida a los más pequeños. Con la vista puesta en el sector nupcial y de fiesta, que es el motivo principal de la marca, han creado una línea de "diseños más chic" para novias o invitadas que luego personalizan.

2020060322350934500

"La gente cada vez demanda más protección" y así lo hacen desde Nicandra, "pero si podemos darle el valor añadido del diseño, mejor", explican. Porque no queda otra que usarla y esta nueva normalidad exige que nos familiaricemos con ella. "Las noticias que nos llegan hablan de una previsión para dos años", cuentan, "así que, si queremos hacer vida normal, tenemos que acostumbrarnos a la mascarilla". Por el momento, la versión lisa en negro o la de tela vaquera son las que más triunfan. Con la mente siempre puesta en ayudar a quienes más lo necesitan, en Nicandra trabajan en la creación de una línea para pacientes oncológicos, con la mascarilla a juego con el pañuelo. En este caso, donarán un euro a la asociación gallega de trasplantados de médula ósea por cada kit que vendan. 

Gran demanda

Fueron varias semanas de incertidumbre sobre la obligatoriedad de usar mascarilla en la calle. Por eso, durante las primeras fases de la pandemia, cualquier cosa valía. Lo importante en aquel momento era cubrirse y esperar nuevas directrices. El paso del tiempo fue llenando nuestras retinas de imágenes de gente enmascarada por las calles de todas las ciudades, villas y aldeas, así que lo fuimos asumiendo y empezamos a preguntarnos si, además de cubrirnos, podíamos hacerlo acorde a nuestra personalidad. 

Así ha sido. "La gente pide diseños que combinen con la ropa y se están vendiendo muy bien", explican desde la tienda Bag and Fun, en Ourense, donde venden venta de las mascarillas que elabora Lora González, que también las vende bajo el nombre "Salsagaucha". La diseñadora afirma que la verdadera preocupación de la gente por la seguridad de las mascarillas comenzó en los últimos días. "Al principio no les preocupaba tanto pero ahora preguntan más". Para darles respuesta y siempre adquiriendo sus materiales en el comercio local, Lora ofrece mascarillas con abertura para filtros lavables. 

img-20200523-wa0044_resultado

La mascarilla se está convirtiendo en un complemento de moda donde la tendencia la marcan los estampados. "Estamos esperando unas telas con diseños propios que pedimos antes del estado de alarma para otra cosa y ahora vamos a aprovechar para esto", explica. Si bien los estampados eran lo más demandado en un primer momento, "ahora nos están pidiendo tejidos orgánicos y frescos en colores lisos". El negro, un clásico. 

Como ocurre con todo, también en el caso de las mascarillas, todos queremos sentirnos únicos y que ese elemento que ahora nos cubre media cara sea el más fiel reflejo de quienes somos. Por eso, en Nicandra han reservado una línea de su producción a personalizar mascarillas con logos para empresas y, como Lora González, ofrecen diseños con bordados.

Agotadas en un día

Con fines solidarios comenzó también la producción de la marca Lovely Disgraze fue la gran demanda recibida la que les animó a lanzar sus propios diseños. "Nos pasamos varios días haciendo pruebas en el taller", explican Lara y Yago, con el objetivo de que no fuese "sencillo y frío", sino buscando "algo que a la gente le hiciese sonreír, aunque fuera detrás de una máscara". 

Ahí comenzó el ritmo frenético de producción, que arrancó con una tirada de 500 mascarillas. "Creíamos que sería suficiente pero duraron un día a la venta en nuestra web". Con la sorpresa del éxito de acogida de sus diseños, en Lovely Disgraze se dieron cuenta "de lo que se nos venía encima, y de que nuestro confinamiento iba a durar algo más de dos meses... pero estábamos contentos". 

Ahora, con un volumen de pedidos más grande de lo habitual, "tanto de España como del extranjero" Lara y Yago estampan, cortan y confeccionan cada una de las mascarillas en su taller de Ourense. Del éxito de sus mascarillas son testigo las calles de Ourense y ya trabajan en nuevos diseños que llegarán con su nueva colección.

Te puede interesar