La provincia contabilizó 51 muertes vinculadas con el calor desde junio

La provincia registró un total de 51 fallecimientos atribuibles a las elevadas temperaturas desde el mes de junio, según el sistema de monitorización de muertes diarias (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III. Aunque el verano todavía no ha llegado todavía a su fin, la de este 2022 es la cifra de óbitos más elevada, con diferencia, desde que se empezaron a contabilizar los datos, en 2015.

De hecho, de 2015 a 2021, el MoMo notificó un total de 89 fallecimientos vinculados al calor, solo una treintena más de los que ya se han contabilizado en los últimos tres meses. El pasado año, se detectaron tres muertes; en 2017 y 2018, los años con más óbitos por altas temperaturas hasta este verano, se registraron 20, respectivamente. “Este está sendo un verán atipicamente cálido na provincia ourensá”, recalca Juan Taboada, meteorólogo de Meteogalicia.

Ola de calor

Las semanas más agresivas para la salud, según los datos aportados por el MoMo, se registraron en el mes de julio, durante la ola de calor que azotó la provincia y después. Cabe recordar que en esos días la ciudad batió su máxima histórica, con 44 grados; así como A Arnoia, que llegó a los 43,7, y Vilamartín de Valdeorras, que alcanzó los 42,9. En el caso de la urbe, durante todo el pasado mes de julio solo hubo dos jornadas por debajo de los 30 grados.

Las elevadas temperaturas, mantenidas a lo largo de tantos días, se tradujeron en 33 muertes: entre el 11 y el 17 de julio se contabilizaron 16 óbitos, y la semana siguiente, del 18 al 24, un total de 17.

Población más afectada

El medio centenar de fallecimientos atribuibles al calor en la provincia este verano se produjo en personas de más de 75 años, especialmente, entre aquellas mayores de 85. “Las altas temperaturas agravan una situación basal de alguien que ya está mal, que ya tiene diversas patologías. La muerte del paciente se precipita en esos días de tanto calor”, explica Luis Prieto, jefe de Atención Primaria del centro de salud de A Carballeira, en la ciudad. En esta línea, las muertes derivadas directamente de un golpe de calor son las menos. “Antes afectaba mucho a las personas que trabajan al aire libre, pero en prevención de riesgos laborales se ha mejorado mucho en estos años”, comenta Prieto.

Entre las complicaciones de la salud derivadas del calor más frecuentes en personas vulnerables se encuentran la infecciones respiratorias o las patologías cardiovasculares. “Hay muchos mayores que toman medicación para la tensión. El calor los perjudica y complica más el retorno de la sangre al corazón”, señala el sanitario. En esos casos, los facultativos procuran disminuir, en la medida de lo posible, la cantidad de fármacos de los pacientes. “Además, aquellas personas a las que les cuesta respirar tienen más dificultades, porque el calor empeora notablemente la calidad del aire”, apunta.

Por otra parte, las elevadas temperaturas también agravan las demencias o enfermedades degenerativas ya detectadas. “Los pacientes con alzhéimer, con esclerosis múltiple o con otras patologías de este tipo empeoran, hay un menoscabo cognitivo importante”, señala.

Según los datos recogidos por el MoMo, el calor afectó más este verano a las mujeres ourensanas (41 óbitos desde junio) que a los hombres (10).

En Galicia la cifra de óbitos asciende a 220 personas

La cifra de fallecimientos atribuibles a las altas temperaturas este verano asciende a 220 en el conjunto de Galicia, según los datos del MoMo. La provincia más afectada es Pontevedra, donde se notificaron 102 óbitos. Le sigue Ourense, con 51; A Coruña, con 37; y Lugo, con 30. En el caso pontevedrés, el incremento es notable respecto a los años anteriores: este 2022 se registraron ya más del doble de muertes que el pasado 2021.