La provincia de Ourense se desborda: caminos anegados y carreteras derrumbadas

El área recreativa de O Salgueiral, inundada.
photo_camera El malecón de O Barco, inundado
El caudal del Miño se multiplicó por cinco en menos de 24 horas y el Sil pasó a estar en nivel de alerta tras desbordarse

El dúo de borrascas conformado por Gérard y Fien azotó ayer con fuerza la provincia con intensas precipitaciones que siguen hoy, pero con más nieve. A última hora de la noche,  carreteras de la red estatal como la A-52, a su paso por A Canda, se vieron afectadas por la nieve.

El río Miño, a su paso por la ciudad, entró ayer en nivel de prealerta, dado que quintuplicó el volumen de su caudal en solo 24 horas. El agua pasó de los 430 metros cúbicos por segundo a los 2.541. Así, a lo largo de la mañana, toda la zona termal, las piscinas de Oira, la playa de la Antena y el paseo del margen derecho del río quedaron completamente anegados. El agua quedó a escasos metros de alcanzar la N-120

En Valdeorras y en Ribadavia, los servicios de emergencias también estuvieron alerta durante toda la jornada. En el primer caso, el río Sil llegó a estar en alerta. Sus aguas se salieron del cauce anegando ambas orillas y cubriendo la margen derecha en el paseo de O Malecón y el área recreativa de O Salgueiral. Ante el riesgo de que urbanizaciones como Las Huertas o Las Arenas puedan inundarse, el Concello repartió sacos terreros a los vecinos para emplearlos si es necesario evitar que las aguas accedan a esos lugares. El paraje de A Raña, próximo al núcleo vilamartinés de Arnado, también se inundó, al igual que sucedió con la zona de los vasos de la piscina pública de Sobradelo (Carballeda de Valdeorras). En A Rúa, el camino entre A Reza y O Aguillón (A Rúa) quedó cortado al tráfico.

Por otra parte, en Ribadavia, el GES procedió a cortar el paso en los senderos fluviales del Avia y del Miño, además de la zona de Ponte da Quinza y A Veronza, como medida de prevención. Por otra parte, tuvieron que extremar la precaución en la carretera del Arnoia, dado que el agua estaba al límite de sobrepasarla por el volumen del caudal, que también entró en prealerta. En Baños de Molgas, sí que llegó a desbordar. La alcaldesa, Noelia Rodríguez, señaló que están “muy atentos a los ríos”, puesto que la situación más “preocupante” es la del Miño, que provoca un “retroceso” del caudal hacia todos sus afluentes, entre ellos el Avia. “Pedimos mucha precaución”, manifiestó la regidora.

Con todo, los desbordamientos fluviales no fueron el peor efecto de la borrasca Fien. En Ourense, la carretera de Vilar de Astrés quedó embarrada por el temporal, poniendo en riesgo la circulación.  En Valdeorras, hubo que llevar a cabo una reparación de urgencia en la carretera local que da acceso a los núcleos de Robledo y San Vicente de Leira, con un total de 70 habitantes. La comunicación se cortó el lunes por la avalancha de agua procedente de una balsa, aguas arriba del arroyo Pereanes, sobre el que discurre el vial. Este era el único acceso que los residentes  tenían a su disposición para acceder a los citados núcleos, pues la entrada principal a San Vicente, la OU-0807, está cerrada al tráfico por la inestabilidad del terreno. Los operarios se encuentran trabajando en la zona, pero es necesario “hacer el espacio más amplio para poder maniobrar, por lo que están preparando el territorio para tenerlo en condiciones para que sea transitable para los vehículos”, según relató el alcalde, Enrique Álvarez Barreiro, que considera que “como pronto” por sus cálculos y “la empresa encargada de las obras”, el tráfico “se restablecerá el jueves a la tarde”.

Otra vía de comunicación, la N-120, principal unión entre el Bierzo (León) y Ourense a través de Valdeorras, también sufrió las consecuencias de las lluvias de las últimas horas. Uno de sus tres carriles, en las inmediaciones de Biobra (Rubiá), se hundió durante la mañana de ayer, provocando un profundo socavón de un par de metros y obligando a los agentes de la Guardia Civil a cerrar el tramo de ese carril en tanto no sea reconstruido. 

Además, otro socavón, en la carretera comarcal entre Boeixos y Mangüeiro, obligó al concello de Avión a cortar el tráfico.

En Celanova, los bomberos redoblaron ayer sus servicios para poder atender todas las incidencias. Desde Pontedeva a Celanova, pasando por los diferentes municipios mancomunados, estos profesionales se afanaron en la retirada de árboles y también de tierra, lo que obligó a controlar el tráfico de vehículos.

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