"Puede que el centeno ourensano desaparezca"

Nieves Fernández, junto a uno de sus perros.
photo_camera Nieves Fernández, junto a uno de sus perros.
La provincia, que produce el 90% del centeno gallego, intenta conservar variedades locales del cereal. Para ello, las instituciones rubrican acuerdos y los ganaderos realizan desde tiempos inmemoriales un trabajo encomiable para mantenerlas.

El Consejo Superior de Investigaciones científicas y el Instituto Ourensano de Desarrollo Económico firmaron un convenio para la recuperación de variedades autóctonas de centeno. Y es que la provincia es el “granero de Galicia” y se cosecha en ella el 90% del centeno gallego, pero preocupa la desaparición de variedades locales. Por fortuna, decenas de ganaderos de la provincia emplean la semilla ourensana desde que tienen memoria, porque así les enseñaron sus antecesores.

Es el caso de Javier Cotado, que cultiva centeno autóctono en Requeixo (A Veiga). Lo hace “desde siempre”, y siempre con centeno “del país” que, reconoce, “puede que algún día desaparezca. No sé si quedará alguien más en A Veiga que siembre centeno para recogerlo después”. Él, cada año, planta entre cuatro y cinco hectáreas, y aún recuerda los tiempos en los que era una práctica generalizada. Ahora, “el jabalí hace mucho daño”, explica. Por fortuna, cuenta con un pastor eléctrico que lo mantiene a raya. Cotado asegura que sembrar centeno en esta zona “es una práctica muy rentable, y además mantiene limpio el monte”. Él trabajaba en una gran explotación hasta hace año y medio, y entonces decidió seguir por su cuenta y montar Ganadería Cotado. Su centeno le ayuda a mantener 43 cabezas de ganado. La mayoría de sus reses son vacas vienesas, y recientemente incorporó limusinas. 

“Estamos perdendo as nosas sementes e a nosa identidade”, lamenta Nieves Fernández, pastora y poeta

La vianesa Nieves Fernández, pastora y también poeta, recoge centeno desde que tiene uso de razón, cuando comenzó en el oficio de la mano de su abuela. En toda la parroquia de Quintela do Pando, ya solo siembran ella y un vecino. “O resto deixou de facelo porque non cobre os gastos, e teño que contar coas perdas do xabaril e sementar o dobre”, lamenta. Pero sigue adelante: “Estamos perdendo as nosas sementes e a nosa identidade, que é o que nos levantou a nós”. E intenta promover la protección de este cereal y también de la oveja gallega. “Traballo na recuperación da raza desde moza. A galega é a mellor ovella do mundo, que resiste as inclemencias do tempo”, valora. Empezó con 18 ovejas y llegaron a ser 450, ahora solo 300 por los “problemas co lobo, que obriga a manter moitos mastís. Agora só teño catro e gasto máis en mantelos a eles que á miña familia”. De centeno, tiene 13 hectáreas. Y Fernández explica que “en outubro, cando o centeo está a un palmo do chan, as ovellas páceno e déixano rillado ata xaneiro. Nestes meses, cando non hai pasto no monte, as ovellas aliméntanse do cereal, que despois volve a saír con máis forma”, explica. Por lo tanto, este método ayuda a sobrellevar las heladas tanto a la oveja como al centeno. 

Además, recoge cada año unos 4.000 kilos de castaña. Aquí también tiene su reivindicación. “Estamos deixando morrer castiñeiros milenarios pola falta de investigación que nos axudaría a conservar o que temos”, sostiene. 

José Pérez cuenta con 30 cabezas de ganado vacuno y también siembra centeno desde su infancia. Ahora su explotación abarca tierras de Baltar, Xinzo, Trasmiras y Cualedro. Siembra distintos cereales, y al centeno le dedica ocho hectáreas. Parte de esta explotación tiene el certificado oficial de la agricultura ecológica, pero dejará de sembrar en este formato porque el cambio climático complica cada vez más la supervivencia de estos cultivos. “Se xa de por si a agricultura é complicada, coa ecolóxica estás a expensas da climatoloxía”, concluye.

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