“¡Qué me va a decir a mí Maduro! Si en tres años no vi nunca un médico”

Samuel y Ramón Iribertegui, misioneros salesianos, regresan a Ourense tras más de 60 años en Venezuela

“¡Qué me va a decir a mí Maduro! Si en tres años no vi nunca un médico”

Samuel y Ramón Iribertegui, misioneros salesianos retornados tras más de 60 años en Venezuela, son el rostro tras las cifras. Todavía “como pez fuera del agua después de tantos años”, explican su relato vital desde Ourense, a donde volvieron por salud. “Allá en Venezuela está la cosa muy mal. Hasta los médicos emigraron. La tragedia de Venezuela, la gente está pasando todo tipo de calamidades”, explican los salesianos, que pasaron más de 40 años en la zona de la Amazonía. “Fue el descubrimiento de un mundo completamente distinto al nuestro, si no hubiéramos hecho un cambio en nuestra forma de ver, hubiéramos fracasado totalmente como misioneros”.

Los hermanos Iribertegui resumen su labor como “sufrir, vivir y gozar con ellos”. Aunque últimamente, la situación fue sólo de sufrimiento. “Es la peor época que recordamos en Venezuela. Los mandatarios de América Latina se escandalizan de una manera hipócrita, se olvidan de los genocidios recientes: la juventud frente a la lucha de los cárteles de la droga en México, el indígena en el vagón de cola de la sociedad… No se da cuenta de que desde que se liberaron del dominio de España hubo genocidios auténticos de los que no se habla. ¿Qué me va a decir Biden sobre el genocio español en América? Lo único que demuestra es un concepto de historia que ve en blanco y negro”.

Convivir con lo diferente

Sobre el régimen de Maduro, Ramón Iribertegui explica que “en los tres años en los que estuve en el grupo étnico yanomami no he visto un médico por allí. Los dos o tres enfermeros indígenas de la zona eran los que aguantaban el tipo. ¿Qué me va a hablar Maduro a mí? No tiene ninguna conciencia de lo que dice”. El mensaje de los dos misioneros ourensanos para el día del Domund es “aprender a convivir con lo diferente, ser tolerante. Cada uno tiene que ser testigo de su fe, como dice el mensaje del Papa. El amor a los demás construye la Iglesia”.

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