Muchas de las empresas que resistían desde el inicio de la crisis, caen ahora por la falta de trabajo

Las quiebras se disparan en el sector de la construcción

La Molinera, que quedó sin acabar por concurso de la empresa. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
La crisis ha golpeado duro al sector de la construcción y, aunque la mayoría de las empresas trata de resistir hasta que vengan tiempos mejores, la falta de trabajo está abocando a muchas a entrar en concurso de acreedores.
Así, el Boletín Oficial del Registro Mercantil dio cuenta el pasado viernes de la presentación de concurso voluntario de acreedores por parte de Jorreto SA, empresa dedicada a edificación, decoración e interiorismo. Según confirmaron fuentes sindicales, la empresa estaba atravesando dificultades debido a la falta de trabajo en el último año y estaba llegando a acuerdos con los trabajadores para la rescisión de contratos.

Al igual que ella, en los últimos meses, otras firmas del sector han recurrido al concurso de acreedores. Es el caso de las firmas del grupo Gamallo: Inversiones Gamallo, Construcciones Gamallo, Viviendas Piñeiral y Vista Granxeo. La difícil situación económica de la empresa le impidió finalizar una de las obras que tenía pendientes, el centro de conocimiento La Molinera, que dejó al 90% de su ejecución. También entró recientemente en concurso Agrupconsa, empresa que participa en la UTE que construye el Edificio Judicial de la ciudad, aunque no afecta a esta obra, que continúa en ejecución.

Junto a las propias constructoras, numerosas empresas relacionadas con el sector también han entrado recientemente en concurso, como Ferrallas Mariñamansa, MRG Áridos y Viales, Estructuras y Granitos Mos o Pizarras Os Vales, también según recoge el Boletín Oficial del Registro Mercantil.

Si bien los casos citados son los más recientes, el primer concurso de constructoras presentado en la provincia había sido del de Egano, en el año 2008. La empresa había entrado en quiebra dejando cinco obras pendientes y a 60 trabajadores en la calle. En este sentido, el Boletín Oficial del Registro Mercantil dio cuenta el pasado viernes de la declaración de concurso culpable (es decir, se demuestra la existencia de mala gestión de la empresa) que en este caso afecta a su administrador y socio único, Emilio González López, que fue inhabilitado para administrar bienes ajenos por el plazo de cinco años.

La falta de perspectivas de recuperación del sector hace que buena parte de los concursos que se presentan acaben con la liquidación de la empresa y sus bienes salgan a subasta para hacer frente a las deudas pendientes.

Uno de los casos registrados en Ourense es el de Prefabricados Emben, en concurso desde 2009, proceso dentro del que se subastará una parcela de 36.000 metros cuadrados, con tres naves (una de 7.000 metros cuadrados y otras dos de 2.500 metros), según acaba de anunciar el Juzgado de Primera Instancia número 4. La subasta, prevista para mayo, tiene un precio de partida de 1,4 millones de euros, aunque en ningún caso se podrá vender por menos de la mitad.

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