Fernando Sánchez Salinero participa hoy en el Foro La Región, con la ponencia 'No es una crisis, es un cambio estructural', que también da título a su último libro. La intervención tendrá lugar en el Centro Cultural de la Diputación Marcos Valcárcel, a las 20.15 horas.
¿Por qué sostiene que no estamos ante una crisis en el sentido convencional?
Lo que vivimos tiene una parte de crisis, sobre un 20%. Pero también están cambiando las bases sobre las que asienta nuestra forma de producir, de trabajar... Es una época de cambio y no verlo es como no diagnosticar una enfermedad.
¿Qué lo hace diferente de otras?
Una crisis es un momento de cambio de circunstancias económicas que sorprende sin respuesta, un momento crítico en el que no se sabe si tirar a un lado u otro. Pero esto es de mayor magnitud, como cuando se cambió de la sociedad artesanal a la industrial, y no evolucionar hace que uno se quede fuera. Ahora vamos a un mundo más globalizado, con la comunicación más presente en todos los ámbitos, en el que hay que cambiar el concepto de lo que es importante: talento, inteligencia, habilidades...
En este contexto, se discute mucho si se están tomando las medidas adecuadas. ¿Cuál es su opinión?
Se están aplicando medidas equivocadas, porque son medidas anticrisis. Los políticos sólo hablan de la crisis y los remedios que aplica ya se está viendo que son equivocados. El verdadero problema que tenemos es de competitividad: hay que ser competitivos a nivel mundial.
¿Cómo deben actuar las empresas en este nuevo entorno?
Hay que empezar a operar en un nuevo paradigma, si no, se van a quedar fuera. Y luego, hay que descubrir las fortalezas dentro de un entorno mundial: qué habilidades tengo, cuáles no son necesarias... Y en cada sector, ver si hay que variar la oferta de productos o servicios, su modo de comercializar... Cada negocio debe evaluar si sigue funcionando igual que hace diez años. Si la respuesta es sí, le garantizo que desaparece. El cambio es irreversible y afecta a todas las parcelas.
También se habla de la necesidad de emprender, pero muchos dudan si es el momento adecuado.
Para emprender, la primera clave es la sensatez, analizar las cosas con sentido común. Y, en segundo lugar, ya no se puede emprender para hacer algo local, sino pensar si a nivel general se puede hacer algo diferente. El problema no está en la financiación, sino en ser competitivo y rentable.
¿Cómo lograr iniciativa emprendedora en nuestra sociedad?
En un país donde el 80% de los universitarios quiere ser funcionario o asimilado, ya se ve que va a tener un problema si no cambia. Necesitamos un liderazgo que invierta los valores de los últimos años, aunque por el momento no se ve ese liderazgo.
Lo que vivimos tiene una parte de crisis, sobre un 20%. Pero también están cambiando las bases sobre las que asienta nuestra forma de producir, de trabajar... Es una época de cambio y no verlo es como no diagnosticar una enfermedad.
¿Qué lo hace diferente de otras?
Una crisis es un momento de cambio de circunstancias económicas que sorprende sin respuesta, un momento crítico en el que no se sabe si tirar a un lado u otro. Pero esto es de mayor magnitud, como cuando se cambió de la sociedad artesanal a la industrial, y no evolucionar hace que uno se quede fuera. Ahora vamos a un mundo más globalizado, con la comunicación más presente en todos los ámbitos, en el que hay que cambiar el concepto de lo que es importante: talento, inteligencia, habilidades...
En este contexto, se discute mucho si se están tomando las medidas adecuadas. ¿Cuál es su opinión?
Se están aplicando medidas equivocadas, porque son medidas anticrisis. Los políticos sólo hablan de la crisis y los remedios que aplica ya se está viendo que son equivocados. El verdadero problema que tenemos es de competitividad: hay que ser competitivos a nivel mundial.
¿Cómo deben actuar las empresas en este nuevo entorno?
Hay que empezar a operar en un nuevo paradigma, si no, se van a quedar fuera. Y luego, hay que descubrir las fortalezas dentro de un entorno mundial: qué habilidades tengo, cuáles no son necesarias... Y en cada sector, ver si hay que variar la oferta de productos o servicios, su modo de comercializar... Cada negocio debe evaluar si sigue funcionando igual que hace diez años. Si la respuesta es sí, le garantizo que desaparece. El cambio es irreversible y afecta a todas las parcelas.
También se habla de la necesidad de emprender, pero muchos dudan si es el momento adecuado.
Para emprender, la primera clave es la sensatez, analizar las cosas con sentido común. Y, en segundo lugar, ya no se puede emprender para hacer algo local, sino pensar si a nivel general se puede hacer algo diferente. El problema no está en la financiación, sino en ser competitivo y rentable.
¿Cómo lograr iniciativa emprendedora en nuestra sociedad?
En un país donde el 80% de los universitarios quiere ser funcionario o asimilado, ya se ve que va a tener un problema si no cambia. Necesitamos un liderazgo que invierta los valores de los últimos años, aunque por el momento no se ve ese liderazgo.
