La lucha por convertirse en la candidatura gallega para albergar la sede de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial, a la que optan las ciudades de Ourense, Santiago y A Coruña, empieza a subir de tono al mover ficha las dos urbes de la provincia coruñesa, que maniobran para tratar de aislar la propuesta ourensana y conseguir el beneplácito de la Xunta en el proceso, dado que las candidaturas al Gobierno central deben ir acompañadas del refrendo de las administraciones autonómicas.
Por el momento, el Ejecutivo gallego se ha limitado a pedir diálogo a los aspirantes para tratar de evitar que haya más de una propuesta gallega, al entender que eso debilitaría las opciones ante otras comunidades, algo que no agrada al alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, que trasladaba al líder de la Xunta, Alfonso Rueda, que no parece viable una fórmula mixta.
No opina lo mismo el regidor de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, que pese a trasladar ayer que la propuesta compostelana permanece en pie, abría la puerta a una “fórmula compartida” con A Coruña, ubicando la sede en la capital gallega y los servicios técnicos en la urbe herculina, pidiendo además a la Xunta que su decisión “responda a principios de equidad y de buscar la propuesta más competitiva”.
Aunque Bugallo tiende la mano hacia el norte, no parece existir mucha receptividad en A Coruña, donde tanto la alcaldesa, Inés Rey, como las fuerzas vivas están sacando toda la artillería para borrar del mapa a sus rivales. Si hace unos días, la regidora pedía personalmente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se decantasen por la ciudad herculina, ayer era la Cámara de Comercio de A Coruña la que salía a escena, haciendo público un documento que recoge las bondades de la urbe para convertirse en sede de la futura agencia estatal, por “un importante ecosistema TIC” y el consenso de todos los actores políticos y socioeconómicos.
Con todo, ese consenso al que aluden no parece ser tal, ya que este tema generó fricciones ayer en el salón de plenos entre el gobierno socialista y el PP, a raíz del intento popular de elevar una declaración institucional que no salió adelante, algo que sí sucedió en Ourense en Concello y Diputación, demostrando la unión de todos los grupos para lanzar la candidatura ourensana.
Ante este panorama y con la cuenta atrás para la elección ya activada, la semana próxima se antoja clave para definir las opciones de unos y otros.
La demografía, baza que debería jugar a favor de lanzar el proyecto ourensano
Además de ir acompañada de un informe de la administración autonómica correspondiente, las candidaturas para albergar la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial deberán cumplir una serie de requisitos que el Gobierno central estableció a principios de octubre y que, entre otras cosas, recogen la necesidad de que la futura elección tenga en cuenta la “cohesión territorial y social” o la “lucha contra la despoblación”, un apartado este último en el que Ourense tiene mucha tarea por delante, ya que a diferencia de las rivales gallegas, sufre un grave problema demográfico para el que urgen revulsivos, argumento que se buscará hacer pesar ante la Xunta para que se posicione a favor.
La ciudad de As Burgas puede presumir además de contar con una red de transporte público directa con Madrid, a una distancia de dos horas y cuarto desde hace casi un año tras la inauguración del AVE, mientras que el Mediterráneo también está ya a menos de cinco horas con la línea transversal directa a Alicante, a la espera de que otras rutas se pongan en servicio.
El ecosistema universitario tampoco es un problema, con la capacidad demostrada de la Escuela de Ingeniería Informática y el recientemente implantado curso y máster en Inteligencia Artificial.
