Un vecino de la rúa da Marquesa, en la inmediaciones del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), de 77 años, fue localizado ayer muerto en su vivienda, en avanzado estado de descomposición. El septuagenario residía solo en una vivienda unifamiliar y ya podría haber fallecido hace más de dos meses. Su cadáver fue descubierto después de que los vecinos de la zona alertaran a las policías Nacional y Local de un olor nauseabundo a lo largo de la calle y en las adyacentes.
Una patrulla se desplazó en la mañana de ayer al lugar comprobando que el olor era mucho más intenso en una vivienda, que estaba cerrada y nadie respondía al timbre ni a las llamadas.
Los vecinos alertaron a los agentes de que en la casa habitaba un hombre solo, que solía pasear por el barrio e incluso desplazarse al centro de la ciudad.
La Policía Nacional, tras contactar con el juzgado de guardia, solicitó la colaboración de los bomberos para acceder al interior del inmueble ante la sospecha de que el dueño pudiera estar fallecido.
Una unidad de los bomberos acudió de inmediato al lugar y logro abrir la puerta a los agentes a través de una ventana, comprobando que el dueño efectivamente estaba muerto sobre la cama y en estado de descomposición.
Al lugar acudieron autoridades judiciales y el médico forense que ordenaron el traslado de los restos al CHUO con el objetivo de realizar la autopsia y determinar las causas de fallecimiento.
Los agentes, que llevaban ayer las pesquisas con total mutismo, lo que impidió conocer la identidad del fallecido, acordonaron el inmueble y estaban ayer a la espera de conocer el resultado de la autopsia, si el fallecimiento fue por causas naturales o de forma violenta.
El cadáver aparentemente, según fuentes de la investigación, no presentaba síntomas de violencia y las primeras hipótesis apuntan a que el óbito fue por enfermedad.
Esta es la segunda persona mayor hallada muerta en el interior de su domicilio en la ciudad en los dos últimos meses. Bomberos y policías registran una media de dos rescates de ancianos cada semana tras caerse en sus domicilios, en los que residen solos.
