La “Zamburiña” definitivamente se quedó sin concha en Ourense. La operación de Asuntos Internos de la Policía Nacional contra el tráfico de drogas desplegada en 2015 y en la que cuatro agentes de Estupefacientes fueron detenidos, además de nueve supuestos traficantes, ha quedado definitivamente sin sustancia. El Tribunal Supremo, tras la deliberación del martes, confirmó la absolución de la Audiencia, que al declarar las escuchas nulas dejó a la fiscalía sin pruebas para condenar, por lo que finalmente todos los imputados fueron absueltos.
La Sala de lo Penal del alto tribunal desestimó el recurso que el Ministerio Público interpuso contra el fallo que eximió de responsabilidad penal a los 13 acusados en la causa, donde se investigaron delitos de tráfico de drogas, revelación de secretos, pertenencia a grupo criminal y tenencia ilícita de drogas. La fiscal sostenía que hubo trato de favor por parte de los agentes policiales a determinados narcos a cambio de chivatazos.
El Supremo solo comunicó el fallo al tribunal que juzgó los hechos en el día de ayer y en los próximos días se conocerá la sentencia con los fundamentos jurídicos.
La clave para la absolución de este caso fue la anulación de las intervenciones telefónicas al estimar la Audiencia de Ourense que se habían vulnerado derechos fundamentales, lo que llevó a su vez a decretar la nulidad del resto de pruebas (incluido el decomiso de siete kilos de droga) y, en consecuencia, a la absolución de los acusados.
En la Operación Zamburiña, la Fiscalía pedía penas de entre siete y trece años de prisión. La más perjudicada en esa petición era Josefa Pérez, alias Pucha, quien ya falleció.
En la absolución de la Audiencia, la sala recriminó a Asuntos Internos una investigación basada en la recepción de un anónimo en 2014 sin las pertinentes comprobaciones de credibilidad y verosimilitud.
Los agentes, agradecidos a los que creyeron en su honestidad
El Sindicato Unificado de Policía (SUP) valoró la resolución del Supremo porque “pone fin a un calvario judicial”, según Roberto González, el responsable gallego. “Tras conocer la noticia los compañeros se han mostrado agradecidos a todos los que han creído en su honradez”, añadió. Dos de los imputados dejaron la Policía tras este caso.
