El de Maceda no es un caso único de “tiroteo” en la provincia de Ourense. En los últimos seis años ocurrieron otros cuatro de gravedad.
El referente más reciente es el ocurrido en la gasolinera de Tamallancos (Vilamarín), el 8 de marzo de este año. Un vecino de Amoeiro fue detenido tras disparar en varias ocasiones a unos clientes del bar de la estación de servicio. El autor pretendía dar al hombre que se había “llevado a su hija”, pero dejó al menos cuatro personas heridas. Todos los ellos tuvieron que ser trasladados al CHUO. El móvil de los disparos, según algunos conocidos de los implicados, era una venganza: “Las tres personas que tomaban algo en la gasolinera, de etnia gitana, tomaron (incorporaron a la familia) a la hija del hombre armado y él vino a ajustar cuentas”.
SANTA CRUZ DE ARRABALDO
Los vecinos de Santa Cruz de Arrabaldo no dudaron en llamar a la Policía Nacional en noviembre de 2021 al escuchar unos disparos de escopeta y acto seguido ver a un hombre herido en el suelo. Un sexagenario disparó después de discutir con dos jóvenes que merodeaban cerca de las casas situadas bajo la antigua estación de Renfe. El hombre armado explicó a la Policía que había apuntado al aire e hizo entrega voluntariamente del arma que había utilizado, así como de otra larga que tenía en su domicilio. Para ambas tenía los permisos correspondientes.
CASTRELO DE MIÑO
El ruido de los disparos causó alarma en Prado (Castrelo de Miño), el 12 de agosto de 2019. En torno a las once de la noche, los vecinos escucharon diferentes detonaciones en una casa. Tras ellos, dos vehículos salieron a toda velocidad por la carretera en dirección a Ourense. No hubo heridos.
EN EL CHUO
El 15 de mayo de 2016 se vivió el caos en la entrada del Complexo Hospitalario de Ourense. Una familia -formada por cinco personas- de etnia gitana llegó en dos coches. Dos hombres se bajaron de los vehículos. El primero se quedó junto al quisco próximo al hospital y el segundo caminó hasta la puerta principal. En pocos segundos, empezaron a disparar indiscriminadamente a otra familia gitana que acompañaba a una mujer que estaba dando a luz en el hospital. Los agresores eran allegados de la mujer ingresada, mientras que los agredidos serían familiares de su pareja. Seis personas fueron acusadas durante el juicio, tres absueltas y tres condenadas.
