La madre del tiroteado en Maceda: “Mi hijo está intubado y en reanimación”

Corrían las 21,30 horas del miércoles cuando tres disparos resonaron en Maceda. David Rodríguez Fernández, más conocido por “Choupi”, de 32 años, recibió un impacto de perdigón en la cara, otro en el abdomen y un último en el brazo. El autor del tiroteo, del que solo se conoce que era joven y de complexión delgada, está ahora en paradero desconocido. La  Guardia Civil dirige la investigación desde este jueves.

Mientras este permanece desaparecido, el herido -muy grave- lucha por su vida en la Unidad de Reanimación del CHUO. “Está intubado, todavía no pude hablar con él”, reconoció su madre ayer a La Región. “Estoy destrozada y no pude hablar con los médicos”, lamentaba ayer. En el hospital está custodiado por varios agentes, para protegerlo en caso de un nuevo ataque. 

Los agentes del Instituto Armado pudieron reconstruir los hechos gracias a los testigos presenciales. Cerca de las 21,30 horas, el autor de los disparos llamó a la puerta de David Rodríguez, que estaba solo en su casa, el tercer piso del número 2 de la calle Cardenal Quiroga. Él abrió e inmediatamente recibió tres disparos a quemarropa. Desde el primer piso del mismo inmueble, una vecina escuchó los impactos, “como si se hubiese caído un mueble por las escaleras”, dijo. Esta mujer  lo halló ensangrentado y gritando: “¡Me quisieron matar, me quisieron matar!”, exclamaba. Le dejó pasar al interior de su vivienda y llamaron a emergencias y a la Guardia Civil.

Al poco, el herido bajó a la calle por su propio pie y allí corrió a pedir ayuda a Pepa, quien estaba en uno de los bajos de la calle. Esta vecina tiene formación como enfermera y al verle sangrar y gritar, le tapó la cara para tratar de parar la hemorragia. Él, con dolor y miedo, le expresó “¡Ayúdame! ¿Voy a morir? Me han venido a robar”.  Además, como relató esta testigo horas después al Instituto Armado, le preguntó si le habían destrozado la cara. 

Al poco aparecía la ambulancia. Los médicos trasladaron al herido y la Guardia Civil se dispuso a averiguar si el autor estaba atrincherado en el edificio. Más allá de la 1 de la madrugada, los agentes entraban y descubrían el inmueble vacío, con restos de sangre en la vivienda y por las escaleras. En ese momento fue el turno de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que entraron a recoger muestras y pruebas del suceso. 

El alcalde, Rubén Quintas, acompañado por el teniente de alcalde y los bomberos de la localidad estuvieron presentes hasta que se fueron la mayoría de las unidades policiales. Junto a ellos, siete vecinos permanecían expectantes y sorprendidos por los acontecimientos. “Nunca se vio nada igual en Maceda”, comentaban. 

Algunos tuvieron problemas para acceder a sus viviendas: “No nos dejaron pasar con el coche, tuvimos que aparcar lejos. Al principio tampoco nos dejaban entrar a pie, pero luego nos ofrecían escoltarnos hasta el portal”, explicaba Sandra, una joven que acababa de llegar de su trabajo en Ourense. 

Mientras, la falta de datos sobre la investigación que lleva a cabo la Guardia Civil, de la que no han trascendido ni el móvil ni el posible autor, ha disparado los rumores sobre el tiroteo.  “A nadie le llama un conocido a la puerta y le dispara si no es por algo”, señalaba un vecino, mientras otros apuntaban a una venganza o ajuste de cuentas. 

El perfil del herido

David Rodríguez “Choupi” es ganadero. Tiene una granja en Xunqueira de Espadanedo y otros negocios en Maceda. Sus conocidos apuntan que “es una persona muy agradable. Tiene su grupo de amigos y hace vida social en el pueblo”. 

Este ourensano residía en Maceda, por motivos laborales, desde hacía siete meses. Ocasionalmente, su novia frecuentaba la vivienda, pero tiene su residencia habitual fuera del municipio. 

Su padre falleció y su madre, que reside en Pereiro de Aguiar, regenta una casa de turismo rural.  Entre otras aficiones, David Rodríguez “Choupi” corría rallis con amigos.

El momento en el que el herido es evacuado en ambulancia