HISTORIAS DE UN SENTIMENTAL

Treinta años sin el Zamora 8

20171012212516728_result
photo_camera Los veteranos del Zamora 8 se despiden de su bandera.

El día 23 de este mes se cumplen 30 años de la disolución de Regimiento de Infantería de Línea Zamora 8 “el Fiel”, que estuvo 43 años de guarnición en el viejo caserón de San Francisco

El día 23 de este mes se cumplen 30 años de la disolución de Regimiento de Infantería de Línea Zamora 8 “el Fiel”, que estuvo 43 años de guarnición en el viejo caserón de San Francisco. El Zamora fue fundado el 30 de abril de 1580, cuando se organizó con habitantes de la ciudad que lleva su nombre un Tercio para combatir en defensa de los derechos en Portugal de Felipe II. Nace así lo que se denominó Tercio de Bobadilla, por ser su primer maestre de campo Don Francisco Arias de Bobadilla, conde de Puño en Rostro.

El 23 de octubre de 1987 fue un día especialmente triste para la Infantería española. En la ciudad de Ourense finalizó historia de más de 400 años Sin apenas otro resguardo que una sección de soldados, acompañados por la Compañía de Operaciones Especiales número 81, la banda de guerra del Regimiento Zamora 8 sonaba por última vez para despedir para siempre a una de las más antiguas unidades del Ejército español.

Los veteranos del Regimiento conseguimos que se presentara una proposición en el Parlamento para pedir al entonces gobierno del PSOE que el Zamora 8 fuera fusionado con el Isabel la Católica número 29, un regimiento del siglo XIX sin otro palmarés que guerras civiles, y que se conservara el nombre e historial del primero. No nos hicieron caso y nos contestaron que todos los regimientos son históricos. El nombre del Zamora al final sería mantenido como un mero batallón de uno de los dos regimientos matrices de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable, la BRILAT Galicia VII. 

Aquel 23 de octubre estábamos allí los últimos jefes y oficiales de la unidad, los retirados, sus familias y apenas tres docenas de veteranos que un día pasamos por sus filas. Fue un acto triste, doloroso, descolorido por al agua y nuestro propio pesar. Como el tiempo se quiso sumar a aquel funeral, hubo que organizar la parada en el interior de lo que fuera comedor de tropa. Estaban tres o cuatro autoridades, el alcalde, el gobernador, la madrina de la última bandera, recibida poco antes debido al cambio de escudo. Estaba algunos de los últimos coroneles (Camiña, Blanco…). Cinco cabos primero portaban los guiones de las cinco últimas compañías y otro, el guión de mando del batallón.

La bandera recibió los honores de ordenanza. Las cornetas y los tambores del Zamora retumbaban como protestando por aquella forma ingrata de desaparecer. Todos los presentes volvimos a besar la enseña y los últimos en hacerlo fueron la madrina y el último de los coroneles. La enseña se retiró, como avergonzada…, dolida por la ingratitud y la ignorancia de quienes deberían haberla salvado del museo. Y se rindió homenaje a los caídos con una improvisada escuadra de gastadores y como todavía no se usaba “La muerte no es el final”, la banda interpretó el “Novio de la muerte”.

El tiempo escampó. Se organizó una tarima para las autoridades y la compañía mixta de honores desfiló por última vez por el campo de Aragón del Cuartel de San Francisco. Al perderse de vista el último soldado, el Zamora 8 entró definitivamente en la historia.
Los bienes del Zamora fueron repartidos. El Regimiento del Príncipe número 3, ausente del funeral, envió mensajeros. Unos se llevaron los reposteros, otros las colecciones de armas. Nadie supo qué fue de la biblioteca, de la espléndida vajilla con cerco de oro y las armas del regimiento, metopas y otros recuerdos. Y el resto, a quemar. Cajas de fotos, las viejas banderas de endrizar, cientos de libros de táctica militar, los reglamentos de las armas, los libros de arrestados se almacenaron para quemarlos. Me avisaron. Salvé las viejas banderas. Recuperé algunos libros, paños de la banda, grabados, cientos de fotos… Conservo la última bandera de endrizar que se arrió. Ya les contaré eso.

La bandera del Zamora 8 descansa en paz en el Museo Militar de A Coruña. Pero en diciembre de 1993, los veteranos del Zamora 8 volvimos a besarla en Figueirido, para conmemorar el 25 aniversario de nuestra entrada en filas. Porque esta vez, sus viejos soldados sí estábamos allí.

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