La UVigo ofrece su I+D+I  a las empresas de San Cibrao

Los centros de investigación del Campus de Ourense pertenecientes a la UVigo proponen una sinergia con el tejido empresarial

Creación de un entorno atractivo para el desarrollo de carreras científicas y tecnologías

“Os institutos teñen proxectos de altísimo nivel grazas á cantidade de talento e traballo que hai no Campus”, así se lo hacía saber Manuel Reigosa, rector de la Universidad de Vigo, a la Asociación de Empresarios del Polígono de San Cibrao. El encuentro tuvo como objetivo recalcar la importancia de fomentar el desarrollo científico, sin necesidad de buscar el futuro en el extranjero. El presidente de la Asociación de Empresarios, José Antonio Rodríguez Araújo, se volcó con ello: “Debemos seguir colaborando para crear estrategias efectivas en un mercado laboral cada vez más exigente”.

La palabra más repetida fue, sin duda, sinergia. Y es que las dos entidades se propusieron apoyo mutuo para seguir evolucionando hacia un mañana sostenible, el desafío que más urge de cara a 2030. “Temos algúns dos mellores científicos a nivel mundial, especialmente no ámbito da alimentación”, garantizaba David Fernández, director del Instituto de Agroecoloxía e Alimentación. Un ámbito en el que la UVigo se posiciona entre las 75 mejores del mundo.

Alimentación sostenible

Fernández puso sobre la mesa la realidad que enfrentan: “Existen moitos retos con respecto a normativas europeas, por exemplo, ‘Farm to fork’, ou ‘Da granxa á mesa’. Imos ter que producir alimentos usando menos pesticidas e fertilizantes, para evitar problemas relacionados cos usos das augas, que afectan ao cambio climático”. “Moitas empresas atópanse coa obligatoriedade do uso destas materias, pero non saben como”, advirtió el director, que recalcó que el trabajo de los investigadores es proporcionarles soluciones. Para ello, el instituto consiguió recaudar dos millones de euros en 2020, y ha ido creciendo hasta conseguir cinco millones en 2022.

Sus proyectos en el ámbito industrial están relacionados directamente con la provincia, es el caso de la viticultura, donde están intentando sustituir los fertilizantes de origen químico por otros de procedencia natural. Pero este no es el único objetivo, siguen 17 líneas de investigación. Entre las prioridades del centro, además de la divulgación, el director destacó la creación de un Laboratorio Ibérico de Alimentación, en colaboración con el Instituto Politécnico de Bragança, para el estudio de la alimentación peninsular y apoyo a la calidad de sus productos.

Innovación aeroespacial

El otro centro, el IFCAE, Instituto de Física e Ciencias Aeroespaciais, concentra alrededor de 40 investigadores “interdisciplinares”. Así lo explicaba su director, Ángel Paredes, porque además de las especialidades que le dan nombre, en él confluyen ingenieros informáticos, industriales y matemáticos. Juntos trabajan por “achegar o coñecemento ao sector productivo, captar talento xove e a comunicación científica”.

Para mostrar sus campos de actuación, Paredes quiso destacar un proyecto conjunto con Copasa: un estudio con tecnología láser para medir y detectar “posibles faias nas vías do tren”. Actualmente, desarrollan en colaboración con la Agencia Espacial Europea, la simulación de un motor de combustión giratoria. En otra línea de desarrollo, trabajan con el Gobierno de España para la “motorización da liña de costa con naves non tripuladas”, un plan que elaboran junto con la especialidad de Ciencias del Mar.

Como conclusión, el rector de la Universidad propuso otros dos encuentros específicos de cada disciplina con las empresas, para encontrar posibles soluciones y concretar proyectos de desarrollo.

Agroecología, nuevos retos alimentarios

David Fernández, director del Instituto de Agroecoloxía, afirma que consiguieron aportar soluciones efectivas en la reducción del uso de fertilizantes y pesticidas químicos. “Na Limia estamos facendo ensaios para utilizar unha pranta que de xeito natural reduce a cantidade de nemátodos -parásitos- que hai no solo”, explica. En otro, prueban un sistema de alerta de plagas fúngicas, para dismunuir el uso habitual de pesticidas: “De forma habitual aplicáronse nove doses de funxicida e coa forma de alerta, anticipámonos e só foi necesario dar catro”, lo que supone una reducción de más del 50%. Después tienen que adaptarlo “a cada comarca e cada solo, ás posibilidades e ás necesidades da producción local”.

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